Noviembre

Miércoles 01 DE NOVIEMBRE DE 2023

¿Principio o final?

Juan 12:12-19

Jesús sabía que su entrada en Jerusalén suponía el principio del fin. Pese al gran recibimiento que tuvo y a la aclamación popular, allí sería entregado, allí sería crucificado.

Exposición

El gran rey (vv. 12-13). Las ramas de palmera se habían convertido en símbolo nacionalista desde tiempos de los macabeos y recordaban, entre otras cosas, algunas de las revueltas contra naciones extranjeras. Las multitudes vitoreaban a Jesús dando cumplimiento a lo profetizado (Sal. 118:25-26), y le aclamaban como a un mesías.

El humilde rey (vv. 14-15). Pero Jesús no era un mesías, era el Mesías. Él no vino para ser un líder militar, sino para ser un rey justo y salvador, humilde (Zac. 9:9).

La gran confusión (vv. 16-19). Nadie de los allí presentes era consciente de lo que estaba sucediendo realmente. Los discípulos eran meros espectadores; en aquel momento no supieron que estaban ante el cumplimiento de varias profecías. Las multitudes le recibían como a un héroe por la resurrección de Lázaro, sin saber que Jesús entraba en Jerusalén no para ser coronado sino crucificado. Y los fariseos veían como, pese a sus esfuerzos, las gentes le aclamaban y ya no podían frenarlo, sin darse cuenta que en apenas pocas horas hasta los suyos abandonarían a Jesús.

Aplicación

Todos sabemos cómo acabó aquello que aparentemente se las prometía felices: Jesús entregado a las autoridades, y con aquellos mismos que gritaban ¡Hosanna!, gritando ¡Crucifícale! Pero a diferencia de lo que pueda parecer, Jesús no fue entregado por los hombres: por Judas primero cuando lo entregó a los religiosos judíos, por estos después cuando lo entregaron a los romanos o por Pilato cuando lo entregó de vuelta al pueblo para ser crucificado. Jesús fue entregado por aquel que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros (Ro. 8:32). Y no solo eso, él se entregó a sí mismo por nosotros, ofrenda y sacrificio a Dios en olor fragante (Ef. 5:2).

Pensamiento: La entrada de Jesús en Jerusalén no fue un terrible error de cálculo. Su entrada en Jerusalén no fue el principio del fin. Fue más bien el final previsto desde el principio.

Unión Bíblica “Notas Diarias” Por : Óscar Torroba

Jueves 02 DE NOVIEMBRE DE 2023

De gloria en gloria

Juan 12:20-26

Jesús vino a este mundo a cumplir con una misión: buscar y salvar lo que se había perdido (Lc. 19:10). Eso incluía a todo aquel que en él cree (Jn. 3:16). El deseo de aquellos griegos de encontrarse con Jesús era una muestra del carácter inclusivo del evangelio.

Exposición

Los gentiles que se acercan (vv. 20-22). No se especifica si eran de origen judío, si eran conversos, o si eran solo simpatizantes. Lo que sí intuimos es que la fama de Jesús trascendió tanto que rogaron a Felipe, cuyo nombre era griego y posiblemente también su origen, ver a Jesús.

La cruz que glorifica (v. 23). Jesús responde a Felipe y Andrés: Ha llegado la hora para que el Hijo del Hombre sea glorificado. Pero, ¿acaso Jesús no había sido glorificado ya en su entrada a Jerusalén? No, aquello fue solo una muestra de la gloria de este mundo.

La muerte que da vida (vv. 24-25). Jesús debía morir para darnos vida. Pero solo podemos disfrutar de esa vida eterna si la anhelamos por encima de nuestra vida en este mundo. Aborrecerla no significa despreciarla, significa entregársela.

El servicio que honra (v. 26). ¿Qué mejor respuesta al regalo de la vida eterna que el deseo de servir a Cristo? Y si somos siervos, anhelemos estar cerca de nuestro Señor.

Aplicación

Jesús tenía un propósito constante durante su vida y ministerio en la tierra: glorificar a Dios. El siempre apuntaba al Padre en todo lo que hacía, de modo que incluso cuando obraba milagros los presentes no le daban a él la gloria sino al Padre (Mt. 9:8, 15:31; Mr. 2:12; Lc. 7:16, 18:43). Esta ocupación existió hasta el final de su ministerio (Jn. 13:31, 14:13). Tanto es así que Jesús hace este balance de su vida orando al Padre antes de ser crucificado: Yo te he glorificado en la tierra; he acabado la obra que me diste que hiciese (Jn. 17:4). Esa misma es nuestra misión, glorificar a Dios con nuestras vidas, y que todo lo que hagamos apunte a él.

Reflexión: ¿A qué gloria se refería Jesús cuando dijo: ‘Ha llegado la hora para que el Hijo del Hombre sea glorificado’? La respuesta la da Jesús más adelante: ‘Ahora pues, Padre, glorifícame tú al lado tuyo, con aquella gloria que tuve contigo antes que el mundo fuese’ (Jn. 17:5). Ese era su mayor deseo, compartir de nuevo la gloria junto al Padre. ¿Cuál es tu mayor deseo?

Por : Óscar Torroba

Viernes 03 DE NOVIEMBRE DE 2023

Oídos sordos

Juan 12:27-36

Aunque el evangelio de Juan no narra la angustia de Jesús en Getsemaní, sí recoge cómo se sentía ante la inminencia de su crucifixión: Ahora está turbada mi alma (v. 27).

Exposición

Jesús se entrega al Padre (vv. 27-28). Podía haber clamado al Padre para que le librase de la mano de sus enemigos y de la muerte (Mt. 26:53-54). Pero decide aceptar su voluntad.

Jesús se entrega al mundo (vv. 29-33). Llegaba la hora del juicio del mundo, y Jesús iba a sentarse en el banquillo de los acusados para ser condenado y horriblemente crucificado, ocupando el lugar de toda la humanidad. Su muerte y resurrección permitieron dos cosas: derrotar a Satanás, el príncipe de este mundo (v. 31) (Col. 2:13-15), y dar la oportunidad de recibir la salvación a absolutamente todos (a todos atraeré a mí mismo).

El mundo no entiende a Jesús (v. 34). Aquella generación había recibido una mala enseñanza de las Escrituras. Además de esperar a un Mesías que les liderase política y militarmente, entendían que la eternidad de su reinado era terrenal, y por lo tanto no concebían que el Mesías pudiese morir. ¿Nadie les había hablado de la multitud de textos que profetizaban sobre su sufrimiento y muerte? (Sal. 22; Is. 53; etc.).

El mundo y la luz de Jesús (vv. 35-36). Viendo la gran confusión, Jesús les da un gran consejo. ¿Queréis ser capaces de ver las cosas para entenderlas? Acercaos a la luz. Las tinieblas no permiten discernir.

Aplicación

Esta era la tercera vez que Dios Padre hablaba a Jesús de manera audible; la primera vez fue en su bautismo; la segunda en la transfiguración. En esta ocasión los allí presentes no sabían identificar de qué se trataba. La multitud decía que había sido un trueno. Otros decían: Un ángel le ha hablado (v. 29). Jesús también pasó su ministerio hablando, pero la gran mayoría tampoco le entendían. Escuchar la voz de Dios y ver en persona al mismísimo hijo de Dios encarnado, siendo testigos de sus señales, no fue suficiente para que la mayoría creyese en él. ¿Cómo pretender entonces que el mundo, más de 2.000 años después, lo haga? Solo podemos acercarles a la luz, que es Cristo, a través de la luz que ofrece su palabra.

Pensamiento: “Lámpara es a mis pies tu palabra y lumbrera a mi camino’ (Sal. 119:105).

Por : Óscar Torroba

Sábado 04 DE NOVIEMBRE DE 2023

¡Confiésalo!

Juan 12:37-43

Los evangelios nos muestran a un Jesús que a menudo se apartaba para encontrarse con el Padre a solas. Juan aprovecha “la ausencia” de Jesús para exponer, en este pasaje, una “radiografía” del momento.

Exposición

Lo veo pero no lo creo (vv. 37-41). Las señales que Jesús había hecho eran muchas y muy evidentes, tanto que resultaba difícil entender cómo algunos seguían sin creer en él. Juan termina su evangelio diciendo: hay también otras muchas cosas que hizo Jesús, las cuales si se escribieran una por una, pienso que ni aun en el mundo cabrían los libros que se habrían de escribir (21:25). ¿Hubo falta de señales? No, incluso los principales sacerdotes y fariseos se dieron cuenta y dijeron: ¿Qué haremos? Porque este hombre hace muchas señales (11:47). Juan ofrece una explicación profética, citando textos de Is. 53:1 y 6:9-10. Muchos decidieron no creen en las buenas nuevas ni en Jesús. A aquellos que le rechazaron, Dios, en un acto de justicia, cegó sus ojos y endureció sus corazones para que no creyesen.

Lo creo pero no lo digo (vv. 42-43). Hubo otros muchos que sí creyeron en él, entre ellos gente poderosa. Pero su temor a la clase religiosa les hizo no querer confesarlo. Jesús venía de enseñar que: si alguno me sirviere, mi Padre le honrará (v. 26). Pero algunos preferían recibir el honor de los hombres.

Aplicación

Hoy en día ser un radical está mal visto. ¿Qué enseñó Jesús acerca del divorcio, del adulterio, del valor de la palabra, etc.? Creer en Jesús y en lo que él enseñó, y explicarlo y defenderlo, nos convierte en radicales frente al mundo. ¿Es posible callar y vivir la vida cristiana en secreto? Podemos pensar que es una buena solución para evitar la confrontación y el rechazo, siempre que nos mantengamos fieles a la palabra de Dios. Pero esto es incompatible con ser discípulos de Jesús. Nuestro llamamiento es el de dar a conocer las buenas nuevas a quienes no le conocen, y para ello debemos explicar quién es Jesús, qué enseñó y como ha cambiado nuestra vida. ¿Cómo hacerlo si callamos?

Reflexión: ‘Porque el que se avergonzare de mí y de mis palabras en esta generación adúltera y pecadora, el Hijo del Hombre se avergonzará también de él, cuando venga en la gloria de su Padre con los santos ángeles’ (Mr. 8:38).

Por : Óscar Torroba

Domingo 05 DE NOVIEMBRE DE 2023

Última llamada

Juan 12:44-50

El evangelio de Juan presenta esta como la última ocasión en la que Jesús se dirige a las multitudes públicamente, y lo hizo clamando. A pocas horas de ser entregado y siendo crucificado por aquellos que tenía en frente, ¿cuáles serían sus últimas palabras?

Exposición

Jesus, el camino a Dios (vv. 44-45). Jesús recuerda que creerle a él y verle a él es creer al Padre y ver al Padre, afirmando que el Padre y él uno son. Del mismo modo, rechazarle, es rechazar al Padre.

Jesús, la luz del mundo (v. 46). Ante un mundo relativista que presenta multitud de “verdades” enfrentadas, y que resuelve el conflicto aceptando la posibilidad de que todas ellas sean válidas, ¿es posible obtener verdades absolutas? ¿Podemos tener certeza de algo? Jesús lo dejó meridianamente claro: Sí. Si creemos en él podemos salir de las tinieblas del engaño, la mentira y la ignorancia.

Jesús, el salvador del mundo (vv. 47-48). Quienes no aceptan el evangelio suelen decir que Dios, si finalmente existe y es realmente bueno, no condenará a quienes no han creído en él. Jesús explica magistralmente el error conceptual de quienes así piensan. Él vino para salvar al mundo y para advertir de lo que ocurrirá a quienes le rechazan. Jesús no condena, el ser humano se condena cuando decide rechazarle.

Jesús, la voz de Dios (vv. 49-50). Jesús es Dios, sin embargo, él no habló lo suyo sino lo que el Padre le dijo que debía decir, y de la forma en la que debía decirlo. La autoridad con la que Jesús hablaba no era entonces consecuencia de su elocuencia ni sabiduría, sino que era el resultado de su absoluto sometimiento al Padre.

Aplicación

Jesús siempre se presentó a sí mismo como un medio y no como un fin. Un medio para conocer al Padre, un medio para ver al Padre, un medio para escuchar al Padre, un medio para salvación. Nosotros, como discípulos de Jesús, somos también medios para que otros, a través nuestro, vean, escuchen y crean en el Padre, y puedan así ser salvos. ¡No nos creamos el centro del universo ni el fin último de todas las cosas!

Reflexión: Jesús podía haber aprovechado sus últimas palabras ante las multitudes para condenarles por lo que estaba a punto de suceder, pero prefirió clamar dando una última oportunidad a los indecisos para que creyesen en él.

Por : Óscar Torroba

Lunes 06 DE NOVIEMBRE DE 2023

Las últimas instrucciones

Juan 13:1-11

Hasta el capítulo 12, Juan nos ha hablado del ministerio público de Jesús. A partir del capítulo 13 su ministerio pasa a ser privado, solo para sus discípulos, los doce. Lo que Juan nos explica hasta el capítulo 19 ocurre en una noche y una mañana. Jesús es consciente de que su hora había llegado (v. 1), por lo que va a darles las últimas instrucciones; un intensivo de 24 horas, con teoría y práctica, a fin de prepararlos para su muerte y resurrección, acontecimientos que cambiarían sus vidas para siempre.

Exposición

La lección de amor (vv. 1-2). Jesús amó a sus discípulos hasta el límite. Y es que, no es posible servir a los demás sin amarles profunda y sacrificialmente. En contraste, encontramos el amor egoísta de Judas Iscariote, a quien Satanás ya había influido, convenciendo a su corazón para traicionar a Jesús (v. 2). Además, Jesús sabía que Pedro le negaría, y que el resto se escondería. Aun así, a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el fin (v. 1).

La lección de humildad (vv. 3-11). Jesús había recibido toda autoridad por cuánto el Padre le había dado todas las cosas (v. 3). Sin embargo, se hizo siervo (Fil. 2:6-7), ejerciendo hasta el final. A falta de un siervo de la casa, como era costumbre, Jesús asume el trabajo propio de un esclavo lavando los pies de sus discípulos. Humilde, se levantó de la cena, colocó una toalla en su cintura, y lavó y secó los pies a sus discípulos (vv. 4-5). Pedro no puede aceptar que su Maestro realice las tareas de un esclavo; no entiende la enseñanza que Jesús le está permitiendo vivir (vv. 6-7): una limpieza espiritual. No la del nuevo nacimiento, pues todo creyente está limpio de responsabilidad de pecado desde su conversión a Cristo; sino la limpieza que tiene que ver con la restauración para santidad de vida, la cual se alcanza por confesión, que limpia de toda maldad (1 Jn. 1:9) y restablece la comunión con Dios (vv. 9-10).

Aplicación

Jesús sabía quién le iba a entregar (v. 11). Aun así, tenía muy claro el propósito de su venida y su condición de siervo. Por tanto, si Jesús, Dios hecho carne, estuvo dispuesto a servir, nosotros sus seguidores también debemos ser siervos dispuestos a glorificar a Dios. ¿Lo somos?

Oración: Gracias, Señor, por dejar tu gloria para venir a servirnos.

Unión Bíblica “Notas Diarias” Por : Samuel García

Martes 07 DE NOVIEMBRE DE 2023

Sirvamos como él sirvió

Juan 13:12-20

Después de haber lavado los pies a los discípulos, Jesús les pregunta: ¿Sabéis lo que os he hecho? (v. 12). El Señor les explica dos implicaciones prácticas para sus vidas.

Exposición

El compromiso del siervo (vv. 13-15). Si Jesús es el Maestro y el Maestro lava los pies de sus discípulos, debemos servir como él sirvió, pues ejemplo os he dado (v. 15).

Ahora bien, ¿significa esto que nos hemos de lavar los pies de forma literal unos a otros? El compromiso cristiano nada tiene que ver con ritos externos o ceremoniales, sino con un corazón humilde dispuesto a darse a los demás por amor y no por obligación (Mt. 11:29).

Necesitamos aprender a servirnos mutuamente. Si Jesús lavó los pies, aquello que estaba sucio, nosotros debemos restaurar al hermano caído. Lo contrario no es amar.

El privilegio del siervo (vv. 16-20). Es vivir en obediencia a nuestro Señor y en santidad de vida; porque el siervo no es mayor que su Señor (v. 16).

Aunque uno de ellos (Judas Iscariote) iba a convertir tal privilegio en ambición y traición, tentado por Satanás (v. 2). El Señor lo supo desde el principio.

Además, así había sido profetizado (Sal. 41:9): El que come pan conmigo se ha puesto en mi contra (v. 18). Sin embargo, con estas palabras el Señor pretende fortalecer su fe (v. 19), y animarlos a seguir sirviendo a pesar de las dificultades, porque al hacerlo estaban sirviendo a Cristo (v. 20). ¡Qué privilegio es servir en humildad a Jesús, aunque ello implique desprecio!

Aplicación

Nosotros hoy, como discípulos del Maestro, también tenemos el compromiso y privilegio de servir a Dios, a nuestros hermanos y a todas las personas, llevándoles el mensaje de salvación.

Y es que hay una bienaventuranza en servir a Cristo y a los hermanos (v. 17), porque cuando somos sus embajadores y nos recibirnos mutuamente, le estamos recibiendo a él, dando la gloria al Padre y manifestando el fruto del Espíritu Santo.

Oración: Padre, ayúdame a ser humilde para servir y amar para restaurar.

Por : Samuel García

Miércoles 08 DE NOVIEMBRE DE 2023

Un anuncio inquietante

Juan 13:21-30

Hoy continuamos presentes en la última cena, donde Jesús revela, en medio de una profunda angustia personal, quién sería aquel que le entregaría.

Exposición

Jesús se conmociona (v. 21). En los vv. 10 y 18 Jesús afirma que todos sus discípulos están impíos. Todos… excepto uno (cumpliéndose la profecía del Sal. 41:9). No se trataba de un extraño, sino de un discípulo cercano de su círculo más próximo. Una vez más, la humanidad de Jesús se evidencia en su angustia a la hora de anunciar que uno de ellos iba a traicionarle.

Jesús se explica (vv. 22-26). La declaración genera inquietud entre los discípulos, como no podía ser de otra manera. Pedro desea preguntar; sin embargo, bajo una discreción inusual, hace señas a Juan, el discípulo amado situado al lado de Jesús, para que sea él quien cuestione al Maestro: «¿de quién se trata?» En lugar de silenciar su respuesta, Jesús, a través de un sutil acto de amor (ofrecer a Judas Iscariote el pedazo de pan reservado al invitado de honor de la comida), da a conocer secretamente quién es el traidor (v. 26).

Jesús se entrega (vv. 27-30). Al aceptar el pedazo de pan, Judas demuestra estar bajo la influencia de Satanás. Por esta razón, Jesús le dice: lo que vas a hacer, hazlo rápidamente (v. 27). Por supuesto, era el Señor quien estaba en el control de la situación; y, aun sabiendo: que su hora había llegado (v. 1), entrega voluntariamente la vida por amor a los pecadores. Los discípulos no acaban de entender la situación, o quizás no podían creer lo que estaba sucediendo (v. 28), por lo que algunos intentan «justificar» la precipitada salida de Judas (v. 30) bajo el motivo de comprar algo relacionado con la fiesta o con alguna ofrenda a los pobres (v. 29).

Aplicación

Jesús amaba a Judas, y le había dado varias oportunidades para evitar caer en la tentación (v. 2); no obstante, influenciado por Satanás, finalmente decide salir de la presencia de Cristo, la luz del mundo (Jn. 8:12), para adentrase, en la más absoluta oscuridad de la noche, del pecado (v. 30).

Oración: Señor, ayúdanos a permanecer siempre a tu lado

Por : Samuel García

Jueves 09 DE NOVIEMBRE DE 2023

Tres enseñanzas claves para el discípulo

Juan 13:31-38

La cena pascual continúa tras la salida de Judas. A continuación, Jesús se dirige a los once discípulos restantes (y a nosotros hoy), alentándoles e impartiendo enseñanzas claves para sus vidas.

Exposición

Una declaración (vv. 31-33). Dios iba a ser glorificado en la entrega de Cristo a la muerte (Jn 10:17). ¿Por qué? Jesús, con su sacrificio, abría el camino de la salvación para una humanidad caída. Quedaba poco para la crucifixión, resurrección y ascensión del Maestro, lo que implicaría la separación física de su Señor. ¿Cómo afrontarían los discípulos su ausencia?

Un mandamiento (vv. 34-35). El Señor les da un nuevo (y renovador) mandamiento: amaos unos a otros, como yo os he amado (v. 34). Los discípulos conocían el precepto de amar a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a ti mismo (Mt. 22:37-38); lo novedoso era que en Cristo habían tenido oportunidad de ver cómo llevarlo a cabo. Seguir el ejemplo de Jesús a través de un amor desinteresado, servicial y sacrificial, ya no se trataba de una opción o sugerencia para el cristiano. El amor altruista debería formar parte de nuestro ADN, y testimonio.

Una advertencia (vv. 36-38). Sin reflexionar sobre las palabras de Jesús acerca de la imposibilidad de seguirle al lugar donde se dirigía, Pedro el impulsivo, no se queda conforme y afirma: Mi vida pondré por ti. Pero Jesús, ahogando sus ilusiones, le advierte que su entusiasmo y autocomplacencia le llevarán a negarle tres veces.

Aplicación

De acuerdo con Lc. 22:31-34, tras la afirmación de Pedro, estaba la tentación de Satanás. ¿Qué pretende el diablo con la tentación? Algo realmente sencillo, que debería mantenernos siempre alerta y despiertos, a nivel espiritual: Satanás pretende alejarnos de Dios. Grandes tentaciones, sufridas al experimentar situaciones de prueba, suelen radicar en «romper» con los que amamos (Pedro amaba a Jesús); apartarnos de su iglesia (el apóstol negó pertenecer al grupo de discípulos), y finalmente alejarnos de Dios. ¿Qué haremos ante la tentación? Orar. Solo Dios puede ayudarnos a resistir la gran tentación de apartarnos de su voluntad (Lc. 22:4142) y puede protegernos del tentador (1 P. 5:7).

Reflexión: ‘Y el Señor encamine vuestros corazones al amor de Dios, y a la paciencia de Cristo’ (2 Ts. 3:5).

Por : Samuel García

Viernes 10 DE NOVIEMBRE DE 2023

¿Qué futuro nos aguarda?

Juan 14:1-7

Nos encontramos ante personas que intentan asimilar una serie de “malas” noticias que provocan en ellos desconcierto y angustia. ¿Qué futuro nos espera ante el anuncio de muerte de Jesús? ¿Qué vamos a hacer? ¿Todo ha sido inútil? Jesús dedica el capítulo a alentarles con palabras de consuelo y esperanza, que todavía hoy, fortalecen nuestra fe.

Exposición

¡Hay esperanza! (v. 1) Jesús sabía lo que pasaba por la mente y el corazón de aquellos discípulos. Ellos no podían entender que el Mesías tuviera que morir; y Jesús les consuela: no se turbe vuestro corazón; o, dicho con otras palabras: “no permitáis que vuestro corazón se encuentre en un estado permanente de angustia”. ¿Cuál es la salida? creéis en Dios, creed también en mí. “Si creéis en Dios, a quien físicamente no veis, creed en mi, a quien sí podéis tocar, aun cuando ya no me veáis”. “Porque yo soy (¡Jesús es Dios!) (v. 6), y voy a seguir presente a través del Espíritu Santo para que podáis ser confortados y consolados” (v. 26). ¡Hay esperanza para el aquí!

¡Hay promesa! (vv. 2-3). ¡Hay promesa para el allí! Para después de la muerte. Jesús fortalece su fe afirmando que no les está abandonando ni se está desentendiendo. Lo que va a hacer es ir a preparar un lugar para ellos en la casa del Padre. Les promete que volverá: y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis.

¡Hay seguridad! (vv. 4-7). Porque sabéis a dónde voy, y sabéis el camino. Tomás, en un ataque de sinceridad, expresa su desconocimiento del lugar y camino. Solemos etiquetar a Tomás como el discípulo incrédulo, pero aquí actúa como un auténtico discípulo de Jesús: ¡pregunta al maestro y reconoce que no lo sabe todo! Por supuesto, Jesús siempre da respuesta a la necesidad de todo ser humano: “¡Confiad! no necesitáis conocer el camino porque soy el camino, el único mediador entre Dios y los hombres (1 Ti. 2:5). Yo mismo voy a acompañaros durante vuestra existencia aquí y después de la muerte”. ¡Tremenda seguridad en Cristo!

Aplicación

Pon toda tu confianza en Jesús para llegar al Padre, porque él es el verdadero camino. Jesús nos alienta con su palabra, él es la verdad; y nos permite vivir una vida abundante y eterna, él es la vida.

Oración: ¡Gracias Señor porque en ti lo mejor siempre está por venir!

Por : Samuel García

Sábado 11 DE NOVIEMBRE DE 2023

¿Todavía no le has visto?

Juan 14:8-14

Después de las palabras de consuelo de Jesús dada su inminente partida, y de calmar la angustia de Tomás asegurándole que él es el camino que lleva al Padre, el Maestro pasa a aliviar la inquietud de Felipe por medio de dos revelaciones.

Exposición

Puedes ver al Padre (vv. 8-12). Ante la petición de Felipe: muéstranos el Padre, y nos basta, Jesús hace una contra pregunta: “¿Todavía no le has visto?” Aquella pregunta empezaría a descorrer el velo en los ojos de Felipe; Jesús es la revelación completa del Padre (v. 9). Es por ello por lo que, conocer a Jesús, conlleva conocer al Padre (Jn. 1:18). El Dios invisible se hace visible en Cristo Jesús, quien es uno con el Padre en el seno de la Deidad, pues Jesús es Dios encarnado (Jn. 1:1). Las palabras y obras de Jesús son manifestaciones visibles de su identidad con el Padre (vv. 10-11). De ahí la importancia de avanzar hacia la casa del Padre: puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe (He. 12:2). Y, mientras no llegamos a nuestra morada definitiva, el Espíritu Santo nos da el poder de Jesús (v. 12) para seguir proclamando el Evangelio del reino de Dios desde Jerusalén hasta lo último de la tierra (Hch. 1:8).

Puedes hablar con el Padre (vv. 13-14). ¿Cómo? A través de la oración. Podemos comunicarnos con Dios pidiendo su ayuda en medio de la dificultad; pero siempre haciéndolo en el nombre de Jesús. ¿Qué significa? En primer lugar, reconociendo que es gracias a Cristo que podemos hablar con el Padre y ser escuchados. En segundo lugar, orando como Jesús lo haría: dando la gloria al Padre (v. 13), y pidiendo de acuerdo con el carácter y voluntad de Dios, porque así será concedido (v. 14). El problema es que no siempre sabemos pedir bien. La verdadera oración no es posible al margen del Espíritu Santo, porque él es el único que puede ayudarnos en nuestra debilidad (no sabemos pedir como conviene); el Espíritu intercede por nosotros (Ro. 8:26).

Aplicación

¿Quieres ver a Dios? Conócele a través de Cristo Jesús. ¿Quieres hablar con Dios? Hazlo a través de la oración, sabiendo que podemos acercarnos al Padre, a través del Hijo, y por el Espíritu.

Oración: ‘Padre, no sea como yo quiero, sino como tú’ (Mt. 26:39).

Por : Samuel García

Domingo 12 DE NOVIEMBRE DE 2023

¡No estamos solos!

Juan 14:15-24

Seguimos en la cena pascual, celebrada en un gran aposento situado en la parte superior de una casa. Jesús continúa alentando a sus discípulos con una doble promesa.

Exposición

La promesa del Espíritu Santo (vv. 15-17). Jesús les promete que no van a estar solos. ¿Quién sería aquel que permanecería con ellos? Otro Consolador (v. 16), el Espíritu Santo, el vicario de Cristo (no hay otro representante de Cristo en la tierra); quien los ayudaría en medio de las dificultades y enseñaría a guardar sus mandamientos y obedecer al Señor (v. 15). Además, el Espíritu de verdad (v. 17), por lo que les guiaría hacia la verdad de Cristo, aplicando la palabra de Dios en sus vidas. Finalmente, el Espíritu Santo es un guía que el mundo no ve ni conoce; a diferencia de sus discípulos, se mantendría en el interior de ellos permanentemente (v. 17).

La promesa del regreso de Cristo (vv. 18-20). Jesús les consuela asegurando que no quedarán huérfanos (v. 18) dado que él mismo regresará a ellos. Primero, le volverán a ver resucitado, con lo que se gozarían de nuevo con él. Más tarde, después de su ascensión al cielo, le volverían a ver por medio del Espíritu Santo (v. 19); el cual releva a Cristo, lo glorifica y aplica sus enseñanzas en sus vidas. Los ojos de la fe permitirían a todos los discípulos de Jesús comprender la unidad esencial e íntima entre el Padre y el Hijo, y también la unión de los creyentes con su Señor (v. 20). Ahora bien, una experiencia de comunión íntima con Cristo reservada al que mostrara respeto y obediencia ante sus mandamientos (v. 21), porque no se puede amar al Señor y vivir al margen de su palabra. Por eso, Cristo ha prometido manifestarse a los discípulos, pero no al mundo (vv. 22-24).

Aplicación

La promesa de Jesús es: estar con nosotros todos los días, hasta el fin del mundo (Mt. 28:20); y ya se ha cumplido con la presencia y morada del Espíritu Santo en el interior del creyente, quien nos consuela, guía y ayuda a vivir reflejando el carácter de Cristo, en sintonía con la voluntad del Padre.

Reflexión: ¡Confía en las promesas del Señor! Ahora Jesús está presente en tu vida a través de su Espíritu, pero cuando estés en la casa del Padre, le podrás ver cara a cara.

Por : Samuel García

Lunes 13 DE NOVIEMBRE DE 2023

¡No temáis!

Juan 14:25-31

Está a punto de concluir la cena, pero Jesús desea añadir dos motivos más de consuelo antes de levantarse de la mesa y marchar de allí (v. 31).

Exposición

Un legado (vv. 25-26). Sus enseñanzas. El Espíritu Santo, el Consolador, enviado por el Padre en nombre de Jesús, será el encargado de animar e instruir al creyente. Habían sido tres años de ministerio llenos de enseñanza y doctrina que deberían guardar fielmente y vivir íntegramente para testimonio de este mundo. Afortunadamente, el Espíritu Santo les ayudaría a recordar todo lo que Jesús les había enseñado, pues la naturaleza caída tiende a olvidar.

Un regalo (vv. 27-31). Su paz. La paz de Cristo, el shalom de los hebreos, va mucho más allá de un mero sentimiento de alegría y bienestar. A diferencia de la paz que ofrece el mundo (que suele ser la ausencia de conflicto), la que ofrece Jesús conlleva a un estado de serenidad interior y confianza, generadas por la misma presencia del Señor en nuestras vidas en medio de las preocupaciones y las dificultades. Por eso, ante unos discípulos angustiados, que observan cómo Jesús anuncia su partida, dice: no se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo (v. 27). No debemos temer porque Cristo tiene todo el poder. El Padre, mayor que él (v. 28), le ha dado toda autoridad; y el maligno, el príncipe de este mundo, nada puede hacer con él (v. 30). Así pues, Jesús, de forma voluntaria, sería obediente hasta la muerte (v. 31), y muerte de Cruz (Fil. 2:8), para salvación.

Aplicación

Jesús nos ha dado su Espíritu y su Palabra, ¡No temamos! La centralidad de la palabra de Dios en nuestra vida es lo que nos permite no caer en el desánimo, en la desesperanza respecto a las circunstancias que nos rodean o en la desconfianza respecto a la eficacia transformadora de la palabra de Dios. La presencia del Espíritu Santo en nosotros nos guía a toda verdad, capacitándonos para obedecer sus mandamientos, y nos alienta a confiar plenamente en ella.

Pensamiento: ‘Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús’ (Fil. 4:7).

Por : Samuel García

Martes 14 DE NOVIEMBRE DE 2023

La vid y los pámpanos

Juan 15:1-8

¿Debemos considerar esta metáfora como formando parte de las enseñanzas de Jesús en el aposento alto? ¿o dada en el camino hacia el torrente de Cedrón? Como Juan guarda silencio, lo mejor es encajarla en el contexto y como una ilustración de la unión de Jesús con sus discípulos, como está unida la vid con los pámpanos.

Exposición

La importancia de permanecer unidos a Cristo (vv. 1-3). Jesús volvería al Padre y enviaría al Espíritu Santo, el otro Cristo (14:16) que haría efectiva la unión. La mejor alusión es la metáfora de la vid, figura del pueblo de Dios en el AT (Jer. 2:21). Tanto el Padre como Jesús y los discípulos estaban en la misma relación que la vid, el labrador y los pámpanos. Esta unidad tiene un propósito y es el de producir fruto para el Padre como labrador. Por dos veces Jesús declara con un yo soy que es la vid verdadera. Utiliza una expresión propia de la divinidad que nos recuerda el nombre personal de Dios (cf. Éx. 3:14).

El imperativo de llevar fruto (vv. 4-8). El Padre, al enviar al Hijo al mundo, es el labrador responsable de que haya fruto de la vid, de nuevos creyentes en Cristo (6:44). Pero también de quitar los pámpanos improductivos, aquellos que en apariencia pertenecen a la vid, pero no están realmente unidos a ella. El fruto es la evidencia de la bondad del árbol (Lc. 6:44). Asimismo, los pámpanos productivos, los verdaderos creyentes son limpiados para que lleven más fruto. Tenemos una progresión: fruto, más fruto, mucho fruto. Separados de Cristo no pueden hacer nada, con la advertencia de ser echados de la viña, del reino de Dios y su destino final la condenación eterna.

Aplicación

La iglesia como cuerpo de Cristo tiene que llevar fruto, pero también individualmente cada creyente debe ser productivo. El proceso de limpieza ya ha sido realizado por medio de la palabra de Dios y continúa durante toda la vida del creyente, por cuanto una de las condiciones es permanecer unido a Cristo. En esta situación es cuando tenemos la promesa de recibir lo que hemos pedido en oración. De la unión con Cristo es el fruto del Espíritu (Gá. 5:22-23).

Pensamiento: ‘La salvación en Cristo está pensada para conseguir que el salvo produzca una calidad de carácter acorde con su fe cristiana y un pánico a vivir una vida sin fruto’ (Leon Morris).

Unión Bíblica “Notas Diarias” Por : Pedro Puigvert

Miércoles 15 DE NOVIEMBRE DE 2023

Permanecer en el amor de Cristo

Juan 15:9-17

El Padre y el Hijo están en permanente comunión y de ella surge el amor, el cual se vuelca hacia aquellos que permanecen en Cristo guardando sus mandamientos.

Exposición

El amor ilimitado de Jesús a sus discípulos (vv. 9-11). De la misma manera que el Padre ha amado al Hijo, Jesús ha amado a sus discípulos. Dice el evangelista que como había amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el fin (13:1), es decir, no hasta su muerte, sino hasta el límite que se puede llegar a amar. Es sobre la base de este amor que puede exigir a sus discípulos que permanezcan en el amor. Esto no tiene que ver con los sentimientos, ni con la fe, sino con la obediencia. Jesús también nos ha dado ejemplo obedeciendo al Padre y permaneciendo en su amor. Ellos también debían tener comunión con él, en el gozo que era suyo, como consecuencia de su perfecta obediencia.

El mandamiento del amor (vv. 12-17). El amor es el signo de los cristianos por el cual los demás pueden ver lo que realmente somos. Como los discípulos ya estaban limpios por la palabra que les había hablado, ahora se refiere al gran mandamiento del amor dado de manera reiterada (cf. 13:34), lo que denota su importancia. Este es el amor ágape, término que expresa el amor de Dios, no el amor sentimental, sino el amor benevolente (cf. 1 Co. 13). Los discípulos deben amarse unos a otros de la manera que Jesús los había amado y dado su vida por sus amigos. La prueba más excelente de este amor es el mismo Jesús, que iba a ser crucificado y no solo daría su vida por sus amigos, sino también por sus enemigos. Los discípulos eran los amigos que él había elegido para que dieran fruto permanente, y les dejaba la oración para recibir del Padre lo que pidieran en su nombre.

Aplicación

Nosotros podemos tener el gozo de Jesús aun en medio de las dificultades y las pruebas del discipulado. También los creyentes en la actualidad debemos amarnos como Jesús ha amado a sus discípulos; es decir, hacer siempre el bien a nuestros hermanos. Jesús establece un principio para la oración: debemos orar siempre al Padre en el nombre del Mediador, Cristo Jesús.

Pensamiento: “El pagano está acostumbrado a exclamar con asombro: ¡Mirad cómo estos cristianos se aman los unos a los otros! (Tertuliano).

Por : Pedro Puigvert

Jueves 16 DE NOVIEMBRE DE 2023

El aborrecimiento del mundo

Juan 15:18-27

Del amor de Cristo y entre los discípulos que involucraba una separación del mundo, el discurso de Jesús se centra en el aborrecimiento del mundo hacia los creyentes, que se concreta en la persecución.

Exposición

Debían estar preparados (vv. 18-21). Jesús advierte a sus discípulos que del mundo solo podían esperar ser aborrecidos. Cuando suceda esto no deberán extrañarse, porque le había ocurrido a él pues le habían perseguido, y a los discípulos también les perseguirán, porque el siervo no es mayor que su señor. En los sinópticos podemos ver como el odio del mundo, anticipado por Jesús, tendría lugar (Mt. 10:17-28; Mr. 13:9-13; Lc. 12:4-12, 51- 53). Este aborrecimiento del mundo, pone de relieve la diferencia esencial entre el mundo y los discípulos de Cristo. Sin embargo, habrá quienes guarden la palabra de Jesús y la de los apóstoles. Quizás el Señor se refiere a aquellos que, como Saulo de Tarso, primero fueron perseguidores de la iglesia y luego guardaron la palabra de Jesús. Tanto dentro del mundo judío como gentil, que han aborrecido el cristianismo, siempre ha habido personas que han recibido el mensaje del evangelio (también guardarían la palabra apostólica). La causa de la persecución es la ignorancia de Dios.

La culpa de los que han rechazado a Cristo (vv. 22-27). Jesús vino a los suyos y los suyos no le recibieron, lo que implica rechazo (1:11) al no ser reconocido como el Mesías. La culpa de estos era terrible, porque no tendrían excusa por su pecado ya que el rechazo era también al Padre. Jesús no solo les había hablado como el enviado del Padre, sino que había hecho las obras que evidenciaban sus credenciales mesiánicas. Además, cuando viniera el Paráclito daría testimonio de Cristo y los discípulos también.

Aplicación

Desde el principio mismo, la iglesia ha sido aborrecida y perseguida. Millones de cristianos han dado su vida como mártires (Ap. 6:9; testigos). Y así hasta el día de hoy, donde miles están sufriendo a causa del testimonio de Cristo. Sin embargo, la iglesia no debe cesar de dar testimonio del evangelio, aun en medio de las circunstancias más adversas.

Pensamiento: ‘Ningún cristiano debería enfrentar la persecución sin estar preparado’ (Saghar, pastora de Irán, refugiada en otro país).

Por : Pedro Puigvert

Viernes 17 DE NOVIEMBRE DE 2023

La obra del Espíritu Santo

Juan 16:1-11

En este pasaje, el Señor reitera las advertencias que acababa de hacer, indicando en qué consistirían. En este último discurso de despedida Jesús anuncia su partida y la conveniencia de ello para que pudiera enviar al Paráclito.

Exposición

La enemistad del mundo (vv. 1-4). Jesús les había dicho con claridad lo que les esperaría para que al suceder su fe no desfalleciera. La persecución no consistiría solamente en expulsarles de las sinagogas; lo peor de todo seria que los que les llegarían a matar, considerarían que estaban haciendo un acto de adoración a Dios. El término traducido por servicio es /atreía, que significa adoración. Esta enemistad procedente de los judíos surgía del hecho de no conocer al Padre y a Cristo. No les había dicho esto antes porque aún estaba con ellos, pero como ahora €el se marchaba, era necesario comunicárselo.

La venida del Espíritu y su obra (vv. 5-11). Jesús se extraña de que las revelaciones que les acaba de hacer no hayan suscitado en los discípulos el interés por conocer datos adicionales sobre a dónde se va. Toda su preocupación y tristeza había invadido sus pensamientos por la marcha de Jesús. Antes de irse, Jesús tenía que realizar la obra de salvación que el Padre le había encomendado y después podría enviarles el Espíritu Santo con triple objetivo: convencer de pecado, justicia y juicio. El Espíritu convence al mundo de pecado como primer paso hacia la regeneración moral del pecador. Le convence de la justicia de Cristo, no de la que se imputa al pecador, sino de la que aunque fue ajusticiado como un malhechor, volverá al Padre para ser glorificado como el justo. Le convence de juicio por cuanto la obra de Cristo en la cruz es un juicio a Satanás que ha visto quebrantado su poder en este mundo del que era el príncipe.

Aplicación

Mediante la obra de convicción del Espíritu Santo es posible predicar el evangelio, y por su regeneración en el corazón del ser humano, transformar la vida de los pecadores y arrancar súbditos del reino al príncipe de este mundo. ¿Qué es lo que nos da seguridad de que en la cruz de Cristo, tenemos la salvación? la obra del Espíritu.

Pensamiento: “El Espíritu Santo nos convence de la realidad de nuestro pecado y de la suficiencia de nuestro Salvador’ (W. Barclay).

Por : Pedro Puigvert

Sábado 18 DE NOVIEMBRE DE 2023

Culminación de la revelación por el Espíritu

Juan 16:12-24

La obra del Espíritu Santo se extendería en la revelación de las cosas que sucederían en el futuro para conocimiento de los apóstoles y a glorificar a Cristo.

Exposición

Guiándoles a toda la verdad (vv. 12-15). El Señor, durante su ministerio, había enseñado a sus apóstoles, pero no había terminado. Esto correspondería hacerlo al Espíritu Santo cuando fuese derramado sobre ellos. Así se garantizaría la revelación escrita, que quedaría como un depósito de la verdad para las generaciones futuras. El que los apóstoles serían guiados a toda la verdad es el fundamento de su autoridad, en tanto que transmisores de la revelación divina, cerrando así toda posibilidad de recibir más revelación después de la muerte del último de ellos (Jd. 3). Lo que el Espíritu les revelará estará en plena armonía con el Padre y con el Hijo. En el ámbito de la revelación de la verdad están, entre otras, las cosas que pertenecen al futuro. El Espíritu les dará la comprensión de las enseñanzas escatológicas de Jesús.

La perplejidad de los apóstoles (vv. 16-20). Jesús anuncia a los apóstoles su muerte por medio de una frase enigmática para hacerles reflexionar. Ellos no entendían el significado de un poco y de que iba al Padre. Su deseo hubiera sido preguntarle, pero no se atrevían. El primer un poco era con referencia a su muerte y sepultura, cuando ellos se lamentarían y el mundo se regocijaría.

Os volveré a ver (vv. 21-24). Jesús se percató de los comentarios que hacían entre ellos y se dispuso a explicarles lo que les pasaría cuando fuese crucificado: llorarán y se lamentarán. Sin embargo, con el triunfo de la resurrección sobre la muerte, la tristeza de los apóstoles será cambiada en gozo porque le volverán a ver. Como ilustración, toma la angustia de la mujer que está de parto y la alegría del alumbramiento.

Aplicación

La promesa de que el Espíritu les guiará a toda la verdad en su significado primario es solo para los apóstoles, y de manera secundaria para los que creen en Jesús, siempre que se fundamenten en la correcta interpretación de las Escrituras. Fuera de esto el Espíritu Santo no dará nuevas revelaciones.

Pensamiento: ‘Y les mandó que durante la noche del esparcimiento pensaran en la mañana del gozo’ (Alfred Edersheim).

Por : Pedro Puigvert

Domingo 19 DE NOVIEMBRE DE 2023

El anuncio acerca del Padre

Juan 16:25-33

En RVR60 se emplea el término alegoría, pero otras versiones usan el vocablo parábola, sinónimo del que en los sinópticos se utiliza para las parábolas de Jesús.

Exposición

Un anuncio claro (vv. 25-28). Jesús había hablado a sus discípulos del derramamiento del Espíritu Santo, de las predicciones acerca de los sufrimientos que padecerán después de su muerte. Estas cosas las había dicho en un lenguaje figurado que era difícil de entender para ellos. Pero cuando descienda el Espíritu Santo, conocerán al Padre tal como ha sido declarado por Jesús. Además, reciben la promesa de que en aquel día sus oraciones serán escuchadas. Estas oraciones las harán llegar al Padre en el nombre de Jesús y en el Espíritu (Ro. 8:15). Jesús traza seguidamente (v. 28) un breve y grandioso resumen cristológico: salí del Padre, una referencia a su preexistencia, he venido al mundo, a su encarnación, otra vez dejo el mundo, a su muerte redentora, y voy al Padre, a su ascensión y glorificación (cf. Fil. 2:5-11).

La comprensión de los discípulos (vv. 29-33). Ahora sí, los discípulos comprenden lo que Jesús les ha dicho sobre el Padre y que sabe todas las cosas, por eso no necesita que le pregunten, porque conoce lo que hay en sus corazones, que es una confesión de su omnisciencia que les lleva a la fe en su origen divino. Jesús les advierte que, aunque creen en él, dentro de poco le abandonarán dejándolo solo, pero el Padre estará con él. Por último, el objeto de sus palabras es animar a los discípulos para que en medio de las dificultades tengan paz en él. Jesús ya contempla la victoria sobre el mundo.

Aplicación

La promesa de Jesús sobre la oración también nos la podemos apropiar nosotros. Pero nuestras oraciones deben ir dirigidas al Padre, como nos enseñó Jesús en el Padrenuestro, por medio de Jesucristo nuestro perfecto mediador y hechas en el Espíritu que nos ayuda en nuestra debilidad e intercede por nosotros con gemidos indecibles. Los discípulos no podían sufrir con Cristo, por eso fueron esparcidos; la obra de nuestra redención debía llevarla a cabo solo y aún durante un instante sufrió el abandono del Padre.

Reflexión: ‘Cristo ora por su pueblo y el Espíritu Santo ora dentro de su pueblo como el Espíritu de oración, como ayudador’ (Frans Bakker).

Por : Pedro Puigvert

Lunes 20 DE NOVIEMBRE DE 2023

La oración de Jesús

Juan 17:1-13

Es sorprendente lo mucho que puedes conocer a una persona cuando oras con ella. Es entonces cuando descubres anhelos profundos, decisiones firmes, temores y alegrías. Si bien es cierto que Jesús enseñó a sus discípulos a orar (Mt. 6:9-13), este es un momento único en que somos testigos directos de cómo oraba al Padre; y por ello, también un tesoro que nos permite conocer de modo especial qué es verdaderamente valioso para él.

Exposición

Jesús. como Hijo eterno, había disfrutado con el Padre desde la eternidad en una perfecta armonía y gozo; sin embargo, voluntariamente dejó ese “paraíso” para cumplir con el plan eterno del Dios trino: hacer la paz entre Dios y los hombres.

Plena determinación en la misión. En diferentes momentos de este mismo evangelio, vemos que Jesús tuvo que conducirse con cuidado para no ser ni encumbrado ni ejecutado precipitadamente; dado que, en sus propias palabras, aún no había llegado su hora (2:4, 7:6, 30, 8:20). Sin embargo aquí “la hora ha llegado”, y este hecho nos ayuda a entender la siguiente petición: glorifica a tu Hijo, para que también tu Hijo te glorifique a ti (v. 1). Si Jesús hubiese sido un rey al estilo de los monarcas de este mundo, al leer esta petición podríamos imaginar una coronación de parte del Padre; algo así como una ceremonia elegante, opulenta, un despliegue de poder y gloria. En cambio, cuando demanda al Padre que le glorifique, está pidiendo y aceptando cumplir perfecta y completamente su obra (v. 4) y así el Padre sea glorificado. La cruz precedía a la gloria. También sabía que su glorificación significaría la vida eterna para todos los que hemos conocido al Padre a través de él (vv. 2-4, 6-8).

Plena seguridad de salvación. En cinco ocasiones Jesús afirma la identidad de todos aquellos que le aman y han creído que ha sido enviado por el Padre: son pertenencia de Dios (vv. 2-12). Lo describe como un hecho consumado y seguro.

Aplicación

Si Jesús, como Hijo, se fortaleció en el Padre por la oración (He. 5:7), cuánto más nosotros como hijos adoptados necesitamos orar si queremos vivir para su gloria (Mt. 26:41).

Reflexión: ‘Puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz (…) y se sentó a la diestra del trono de Dios’ (He. 12:2).

Unión Bíblica “Notas Diarias” Por : Carmen Arenas

Martes 21 DE NOVIEMBRE DE 2023

Jesús ora por sus discípulos

Juan 17:14-26

Posiblemente alguna vez has sido consciente de que otros hermanos estaban orando por ti en momentos difíciles y puedes recordar el consuelo y ánimo que esas oraciones trajeron a tu corazón. En esta ocasión es Jesús mismo quien está orando al Padre por sus discípulos a los que ama tan profundamente.

Exposición

Recordemos que Jesús ya les ha anunciado que tiene que marcharse y que donde él va ellos no le pueden acompañar (13:33). Va a separarse por primera vez de este grupo de hombres que han dejado todo por seguirle, y sabe cuán difícil será para ellos vivir en el mundo, sin ser del mundo (vv. 14, 16). Con un corazón pastoral, Jesús ruega al Padre para que sean guardados y fortalecidos en tres áreas clave.

Carácter. Su voluntad primera no es la felicidad ni la comodidad de los suyos, no es la ausencia de pruebas o aflicciones… su voluntad es la santidad: el carácter transformado de cada uno de sus discípulos, y eso tiene que ver con guardar su palabra (vv. 15-19).

Comunión. Su intención no es la uniformidad (de hecho, él escogió personas muy diferentes en todos los aspectos), pero sí la unidad, y lo repite cinco veces (vv. 21-23). Con frecuencia la ruptura de la unidad tiene que ver con un carácter individualista no santificado, centrado en uno mismo y no tanto en la gloria de Dios.

Comisión. Jesús no solo estaba orando por sus discípulos presentes sino por los que llegarían a serlo por el testimonio de ellos (v. 20) y por eso los comisiona, como él mismo fue enviado por el Padre (v. 18). En su diálogo con el Padre nos deja ver que esa comisión está amenazada si no hay unidad, si no hay auténtica comunión entre los enviados.

Aplicación

La oración de Jesús nos alcanzó como los que han de creer en mí por la palabra de ellos. Pero aún más alentador y maravilloso es saber que Jesucristo resucitado y sentado a la diestra del Padre sigue intercediendo por cada uno de nosotros, y que al Padre le complace responder a nuestro favor porque nos ama (16:27); por ello podemos estar convencidos de que al acabar nuestra carrera de fe estaremos donde él está (vv. 24-26).

Oración: Señor, gracias por tu Hijo y su intercesión. Anhelamos tener un carácter transformado, ayúdanos a guardar la comunión y a cumplir tu comisión (Ro. 8:34).

Por : Carmen Arenas

Miércoles 22 DE NOVIEMBRE DE 2023

Jesús se dirige a su arresto

Juan 18:1-14

Encontramos a Jesús y sus discípulos en el huerto de Getsemaní, donde muchas veces se había reunido con ellos.

Exposición

Observamos a los discípulos junto a Jesús; y en contraposición, a Judas junto al mundo y sus autoridades. Jesús, quien era la luz de este mundo, buscado con armas y antorchas en las tinieblas de la noche. Pero entre estos contrastes propios del evangelio de Juan notamos algunas verdades destacables.

Jesús conoce anticipadamente los acontecimientos (vv. 4-9). Ya lo había anunciado (16:32), así él da un paso al frente y ante sus palabras yo soy ninguno pudo mantenerse en pie. Ese momento de perplejidad fue aprovechado por el buen pastor para proteger a los suyos (17:12).

Jesús interpreta los acontecimientos (vv. 10-11). No se muestra como víctima impotente sino como cordero obediente, por eso rechaza la defensa de Pedro, quien por segunda vez intenta evitarle la muerte (Mt. 16:22-23). Jesús sabía que podía acudir a su Padre y le enviaría más de doce legiones de ángeles (Mt. 26:53).

Jesús acepta la voluntad del Padre (vv. 12-14). Ni las autoridades ni Judas habían ganado batalla alguna contra Jesús, la batalla se había librado antes de que ellos llegaran. Aunque Juan no lo recoge, sabemos por el resto de los evangelios, que Jesús rogó al Padre por tres veces ser librado de esta copa; sin embargo añadió pero no se haga mi voluntad, sino la tuya (Lc. 22:42). De allí salió con sus manos atadas y las autoridades solo recogieron al cordero entregado voluntariamente en manos de pecadores (Mr. 14:41).

Aplicación

Cada vez que miramos al Hijo eterno obedeciendo al Padre por amor, doblegando su voluntad para quitar el pecado del mundo, somos movidos a creer, a amarle y a esperarle. Anhelamos ese día en que vuelva del cielo como rey y no como siervo, ese día en que toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor para gloria de Dios padre (Fil. 2:10, 11).

Reflexión: Gracias, gracias Señor Jesús por dejarte atrapar para que hoy nosotros podamos ser libres. Ayúdanos a reverenciarte como el Yo soy, a dejarnos conducir por tu voz sabiendo que tu conoces la nuestra y conoces todas las cosas anticipadamente. Ayúdanos a mostrarte al mundo, a tener por sumo gozo el privilegio de ser enviados tuyos como tú te gozaste en ser enviado del Padre.

Por : Carmen Arenas

Jueves 23 DE NOVIEMBRE DE 2023

Jesús se dirige a su arresto

Juan 18:1-14

Encontramos a Jesús y sus discípulos en el huerto de Getsemaní, donde muchas veces se había reunido con ellos.

Exposición

Observamos a los discípulos junto a Jesús; y en contraposición, a Judas junto al mundo y sus autoridades. Jesús, quien era la luz de este mundo, buscado con armas y antorchas en las tinieblas de la noche. Pero entre estos contrastes propios del evangelio de Juan notamos algunas verdades destacables.

Jesús conoce anticipadamente los acontecimientos (vv. 4-9). Ya lo había anunciado (16:32), así él da un paso al frente y ante sus palabras yo soy ninguno pudo mantenerse en pie. Ese momento de perplejidad fue aprovechado por el buen pastor para proteger a los suyos (17:12).

Jesús interpreta los acontecimientos (vv. 10-11). No se muestra como víctima impotente sino como cordero obediente, por eso rechaza la defensa de Pedro, quien por segunda vez intenta evitarle la muerte (Mt. 16:22-23). Jesús sabía que podía acudir a su Padre y le enviaría más de doce legiones de ángeles (Mt. 26:53).

Jesús acepta la voluntad del Padre (vv. 12-14). Ni las autoridades ni Judas habían ganado batalla alguna contra Jesús, la batalla se había librado antes de que ellos llegaran. Aunque Juan no lo recoge, sabemos por el resto de los evangelios, que Jesús rogó al Padre por tres veces ser librado de esta copa; sin embargo añadió pero no se haga mi voluntad, sino la tuya (Lc. 22:42). De allí salió con sus manos atadas y las autoridades solo recogieron al cordero entregado voluntariamente en manos de pecadores (Mr. 14:41).

Aplicación

Cada vez que miramos al Hijo eterno obedeciendo al Padre por amor, doblegando su voluntad para quitar el pecado del mundo, somos movidos a creer, a amarle y a esperarle. Anhelamos ese día en que vuelva del cielo como rey y no como siervo, ese día en que toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor para gloria de Dios padre (Fil. 2:10, 11).

Reflexión: Gracias, gracias Señor Jesús por dejarte atrapar para que hoy nosotros podamos ser libres. Ayúdanos a reverenciarte como el Yo soy, a dejarnos conducir por tu voz sabiendo que tu conoces la nuestra y conoces todas las cosas anticipadamente. Ayúdanos a mostrarte al mundo, a tener por sumo gozo el privilegio de ser enviados tuyos como tú te gozaste en ser enviado del Padre.

Por : Carmen Arenas

Viernes 24 DE NOVIEMBRE DE 2023

El Maestro y el discípulo sometidos a prueba

Juan 18:15-27

Este texto narra dos acontecimientos paralelos. El apóstol Juan nos acerca a la escena histórica como lo haría un pintor de altura a uno de sus cuadros para apreciar los contrastes entre la luz y las sombras. Así podemos valorar con mayor profundidad lo que en una mirada rápida sería imperceptible. También podemos interrogarnos a nosotros mismos.

Exposición

El Maestro. Está solo, como había dicho que ocurriría (Mt. 26:31). Al ser interrogado por el sumo sacerdote continúa protegiendo a sus discípulos, pone por testigos a todos los judíos que habían estado presentes cuando enseñaba en la sinagoga y en el templo. Jesús no se escondió, mantuvo en alto la verdad, y recibió injustamente una bofetada por ello.

El discípulo. En contraste tenemos a Pedro quien está en compañía de Juan, el cual conocía al sumo sacerdote. Es interrogado tres veces por diferentes siervos y niega por tres veces a Jesús. Preocupado por protegerse a sí mismo, mintió. No recibió una bofetada de las autoridades, pero sí la mirada de su Maestro, y el canto de un gallo que no olvidaría jamás (Lc. 22:60-62). Pedro había pronunciado compromisos demasiado elevados: mi vida pondré por ti. Pero el Señor que conoce en profundidad los corazones le anticipó el final (Jn. 13:37-38), preparándolo así para la bofetada mayor: el reconocimiento de su propia debilidad. Jesús aprobó el examen en la primera convocatoria. Pedro suspendió en las tres convocatorias, sus propios recursos no fueron suficientes, necesitaba la dependencia del Padre, por eso Jesús les había exhortado a orar en Getsemaní (Mt. 26:41).

Aplicación

Al acercarnos a este cuadro descubrimos que estamos muy lejos del carácter de nuestro Maestro, pero muy cerca de Pedro ante la prueba. Todos podemos identificarnos con él en nuestra errática autopercepción, en nuestra soberbia, en nuestra cobardía. Pero qué consuelo es saber que igual que Jesús oró por Pedro sigue orando por nosotros, no para librarnos de las pruebas, pero sí para que nuestra fe no falte (Lc. 22:31-32).

Oración: Señor, tú lo sabes todo, tú sabes que te amamos. Ayúdanos a permanecer dependiendo de ti para apacentar tus ovejas pacientemente porque tú sigues siendo muy amoroso y paciente con todos nosotros.

Por : Carmen Arenas

Sábado 25 DE NOVIEMBRE DE 2023

Jesús y los hombres en el juicio

Juan 18:28-40

Como vimos en el texto anterior, el juicio de Jesús comenzó con el interrogatorio de las autoridades religiosas; y continuaría con las autoridades políticas.

Exposición

Este evangelio no solo nos presenta los hechos, sino también las intenciones de los agentes que toman parte en la historia.

Los religiosos (vv. 28-32). Escrupulosos con el cumplimiento de la ley pero sin escrúpulo alguno para torcer la justicia con tal de preservar sus intereses (18:14). Antes de iniciar el supuesto juicio habían decidido la sentencia (vv. 30-32): debía morir, y no por lapidación sino mediante muerte de cruz para que se cumpliese la palabra (Jn. 3:14, 12:32; Mt. 20:19). Prefirieron a Barrabás quien si había sido ya condenado culpable de sedición, robo y homicidio (Lc. 23:19) frente a Jesús quien vino a traer la paz, y a regalar vida en abundancia.

Pilato. Tuvo el privilegio único de ser interrogado por Jesús, con preguntas que podrían haberle llevado al conocimiento de la verdad, pero escogió la mentira porque así le convenía, y de ahí su pregunta para la que no esperó respuesta ¿Qué es la verdad? (v. 38). Podríamos decir que la posverdad ya estaba presente en el primer siglo.

Jesús. Mantuvo la verdad sobre su identidad. No negó ser rey aunque buscó la oportunidad de explicar lo que su reino significa, un reino de verdad donde su voz seria oída. Solamente Jesús se mantuvo firme, a pesar de que era el único a quien no convenía esa sentencia.

Aplicación

La condena de Jesús fue una injusticia humana, sin embargo la muerte de Jesús iba a cumplir con la justicia divina, la justicia de un rey de otra categoría que vino a instaurar un reino que no tiene fin, un reino donde la verdad y la gracia se encontrarían para siempre. En Jesús hubo oportunidad de vida nueva para los líderes religiosos, para Pilato, para Barrabás… y sigue ofreciéndonos una vida nueva a cada uno de nosotros.

Reflexión: Los religiosos escogieron lo que les convenia: que Jesús. muriera; porque de lo contrario, el Mesías les obligaría a cambiar por completo su vida y su oficio que habían convertido en un modo de conseguir dinero, prestigio y poder. Pilato escogió la comodidad de su posición política antes que la responsabilidad de indagar en la verdad. ¿Qué escogemos nosotros?

Por : Carmen Arenas

Domingo 26 DE NOVIEMBRE DE 2023

El juicio simulado

Juan 19:1-16

Nuestro texto comienza con terribles azotes después de declarar que Jesús era inocente (Jn. 18:38).

Exposición

Las buenas intenciones no son suficientes. Una lectura seguida del proceso muestra que verdaderamente Pilato, en quien nos centraremos, no quería dar muerte a Jesús. Intentó evitarlo con distintas estrategias políticas: dejarlo en manos de la ley judía (18:31), ofrecerlo como candidato para ser amnistiado en la pascua al lado de un malhechor incuestionable (18:39-40), azotarlo posiblemente para apaciguar a la multitud (19:1) e insistir hasta dos veces más en su veredicto de inocencia (19:4, 6).

Las evidencias no son suficientes. Todos los intentos de librar a Jesús de la muerte se debían a que tenía importantes datos que le guiaban a la verdad en minúscula: sabía que había sido entregado por envidia (Mt. 27:18), su esposa le mandó informe urgente para que no tuviera nada que ver con ese justo (Mt. 27:19), Herodes tampoco se atrevió a condenarle (Lc. 23:11- 12), y por si esto no fuera suficiente, fue testigo directo del Jesús manso y sufrido.

El autoengaño fue suficiente. Este gobernante se sentía fuerte por tener en su mano la capacidad de matar o preservar la vida de Jesús (19:10) pero ignoraba que estaba ante el autor de la vida; ante el único que podía librarle a él, Poncio Pilato, no de la ira del César, sino de la ira del Dios de la historia.

Aplicación

Este hombre perdió una excepcional oportunidad para descubrir la única verdad en mayúscula que podía transformar su vida, su corazón y, en consecuencia, el modo en que podría haber servido a los hombres mediante el justo ejercicio de su profesión. Se sentó en el enlosado, lugar indicado para impartir justicia, pero fue una actuación más, una simulación; sentarse en una silla de juez no le hizo justo y pasó a la historia por pronunciar la sentencia de muerte contra el verdadero Justo. Continuó con la representación lavando sus manos con agua para quitar su culpa, sin saber que solo la sangre de Cristo podría eliminar su culpa eterna.

Pensamiento: Pilato sacó a Jesús y dijo a las multitudes ‘¡He aquí el hombre! Su rostro había sido desfigurado, todo por llegar hasta el final como el siervo de Yahweh, por lo cual fue engrandecido, exaltado y puesto muy en alto’ (Is. 52:13-15).

Por : Carmen Arenas

Lunes 27 DE NOVIEMBRE DE 2023

Sacrificio de Jesús, el Cordero de Dios

Juan 19:17-30

En la crucifixión Jesús mostró de un modo innegable su humanidad, la misma vulnerabilidad ante el sufrimiento que los dos hombres que fueron crucificados a la vez, los terribles efectos de este tipo de ejecución que los soldados ya conocían y esperaban, el agotamiento de sus fuerzas y el deterioro de sus órganos hasta la muerte. En cambio, no murió como los demás hombres: El Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (…) lleno de gracia y de verdad (Jn. 1:14).

Exposición

Muere rodeado de pecadores (vv. 17-24). Eran culpables quienes fueron crucificados a ambos lados de su cruz, eran culpables todos los que tomaron parte en su traición, arresto, falso juicio, sentencia, tortura, humillación y ejecución. Somos aún culpables si no reconocemos que ha venido a traer el reino de Dios. Juan pone el foco en el título que Pilato coloca sobre Jesús al ser crucificado: Jesús nazareno, rey de los judíos escrito en la lengua de la religión (hebreo), la política (latín) y la cultura (griego); para que todos puedan recibir este testimonio.

Muere como el Justo (vv. 25-27). En toda su ejecución no pecó, enmudeció y apuró la copa amarga hasta el final (Is. 53:3-7). Sin embargo habló para garantizar el cuidado de su madre y el consuelo de su discípulo amado, encomendándolos a una nueva relación de amor y cuidado recíprocos. El nuevo reino traía nuevas relaciones, no basadas solo en los lazos de parentesco humano sino en lazos espirituales gracias al rey que ha acercado este reino espiritual, que gobierna los corazones mediante el amor.

Muere en lugar de los pecadores (vv. 28-31). En la cruz se cumplió lo anunciado por Juan el Bautista (Jn. 1:29). Jesús como cordero pascual, quitando el pecado del mundo, haciendo posible el encuentro entre Dios y los hombres; recibiendo la ira del Padre para que nosotros seamos hechos justicia de Dios en él (2 Co. 5:21).

Aplicación

No hay nada que añadir a su obra en la cruz para nuestra justificación. Antes de entregar el espíritu pronunció las palabras que cambiarían el destino eterno de todo aquel que le mire con fe y arrepentimiento: Consumado es.

Pensamiento: ‘En esto consiste el amor (…) en que él nos amó a nosotros, y envió a su Hijo en propiciación por nuestros pecados’ (1 Jn. 4:10).

Por : Carmen Arenas

Martes 28 DE NOVIEMBRE DE 2023

Jesús es sepultado

Juan 19:31-42

Los judíos acaban de presenciar la horrenda muerte de Jesús que con tanta fuerza y odio habían buscado. Aun así, siguen preocupados por el cumplimiento escrupuloso de la ley (Dt. 21:22-23) y tienen prisa por darle sepultura antes de que llegue el día de reposo.

Exposición

Una de las prácticas que tenían los soldados era romper las piernas a los condenados para aligerar su muerte una vez habían sido crucificados, es lo que hicieron con los dos malhechores. Pero al darse cuenta de que Jesús ya había muerto no rompieron ninguno de sus huesos, aunque un soldado decidió asegurarse traspasando su costado con la lanza. La actuación de los soldados, que parece más bien excepcional con Jesús, resultó ser el cumplimiento de las escrituras (Ex. 12:46; Nm. 9:12; Sal. 34:20; Zac. 12:10).

Un testimonio para que creamos. El apóstol Juan estaba allí presente cuando todo esto estaba ocurriendo, por eso puede explicarlo de un modo tan vívido. Solo con afirmarlo habría sido suficiente, pero lo enfatiza hasta el extremo: da testimonio, su testimonio es verdadero; y él sabe que dice verdad (v. 35). ¿Por qué tanta insistencia? Porque es necesario que creamos en él para tener vida eterna (20:31).

Una sepultura para que vivamos. Jesús fue sepultado después de que los soldados tuvieron completa seguridad de su muerte. El centurión responsable también lo presenció y testificó: verdaderamente este era Hijo de Dios (Mt. 27:54). Al igual que en su arresto y muerte, también en su sepultura se cumplieron las Escrituras (Is. 53:9). José de Arimatea, un hombre con buena posición social, económica y religiosa que había sido discípulo temeroso y secreto en vida de Jesús, ahora ha reunido valor para identificarse con él en su muerte arriesgándose delante de las principales autoridades, para darle una sepultura digna. También Nicodemo decidió honrar a Jesús con sus bienes.

Aplicación

Nosotros hoy tenemos la oportunidad de honrar a Cristo. No al Cristo crucificado sino al Cristo resucitado. Quizás no tenemos gran influencia o riqueza, pero sí podemos escoger vivir en gratitud y obediencia.

Pensamiento: ¡Qué maravilla!, la aparición de nuestro salvador Jesucristo quitó la muerte y sacó a la luz la vida y la inmortalidad por el evangelio (1 Ti. 1:10).

Por : Carmen Arenas

Miércoles 29 DE NOVIEMBRE DE 2023

La tumba vacía

Juan 20:1-10

La muerte y sepultura de Jesús dejaron un vacío en los corazones de todos sus seguidores. Sin embargo, Dios iba a convertir el escenario más desolador en el más esperanzador. Si bien el sepulcro significó el fin de toda esperanza, el mismo sepulcro, ahora vacío, se convertiría en el inicio de una esperanza gloriosa.

Exposición

¿Dónde está Jesús? María Magdalena se dirigió temprano al sepulcro para ungir el cuerpo de Jesús con especias aromáticas. Para su sorpresa, la guardia romana no estaba custodiando el sepulcro, la piedra había sido removida y la tumba estaba vacía. Al ver esto, María, turbada por hallar el cuerpo de Jesús, salió rápidamente para informar a los discípulos de lo sucedido.

Vio y creyó. Pedro y Juan tras recibir la noticia corrieron hacia el sepulcro. Cuando llegaron, miraron en su interior y encontraron las envolturas de lino junto con el sudario enrollado aparte. ¿Qué sentido tenía? Unos ladrones, queriendo robar el cuerpo lo más rápido posible, jamás se hubieran entretenido en quitar las envolturas con tanto cuidado. Juan, al contemplar esto vio y creyó. Comprendió que algo maravilloso había sucedido: Jesús había resucitado de entre los muertos. Su cuerpo había traspasado las envolturas.

El testimonio de las Escrituras. A pesar del testimonio de las Escrituras y del propio testimonio de Jesús durante su ministerio, ninguno de sus seguidores esperó su resurrección. María quedó desconcertada al no hallar el cuerpo de Jesús y Juan tuvo que ver para creer y comprender lo que la Escritura había anunciado anteriormente.

Aplicación

Como ocurrió con María, una de las experiencias que pueden dejar nuestros corazones con un vacío desolador es el sentir la ausencia del Señor. En esos momentos, solamente el testimonio de las Escrituras puede mantenernos con la esperanza firme de que, tal y como ocurrirá también con ella, en el momento perfecto el Señor saldrá a nuestro encuentro haciendo viva su promesa: Él jamás nos dejará ni desamparará (Dt. 31:6).

Oración: Padre, cuando sienta tu ausencia, ayúdame a recordar que tu Hijo en la cruz fue quien realmente experimentó el terror de tu abandono en mi lugar. La tumba vacía me ayuda a recordar que tú venciste todo aquello que me separaba de ti y me hiciste tuyo por siempre.

Unión Bíblica “Notas Diarias” Por : Pablo Casal

Jueves 30 DE NOVIEMBRE DE 2023

Jesús, nuestro hermano mayor

Juan 20:11-18

Si bien la tumba vacía sirvió para estimular la fe del discípulo amado, esta dejó totalmente desconcertados a muchos otros (Lc. 24:22-24). María Magdalena era una de ellas, pero pronto encontraría respuesta. Ella sería el primer testigo ocular del Cristo resucitado.

Exposición

La aparición de los ángeles. Tras avisar a Pedro y Juan, María regresó al sepulcro. Sus lágrimas corrían mientras observaba el interior del sepulcro. La presencia de los ángeles sentados en la tumba no calmó su aflicción. Su único deseo era saber era donde habían puesto a su Señor.

La aparición de Jesús. Curiosamente, cuando por fin María pudo ver a Jesús y escuchar su voz, no le reconoció. No fue hasta que Jesús le llamó por su nombre que se dio cuenta de que aquel a quien tenía delante era el Maestro. Su reacción fue inmediata. Después de toda la aflicción sufrida, María no pudo contenerse y abrazó a su Señor. Jesús había resucitado, pero aún quedaba algo pendiente: debía ascender a la diestra del Padre. No era tiempo de retener a Jesús. Era el momento de salir a proclamar que Jesús había resucitado anunciando que él subía a su Padre y a nuestro Padre, a su Dios y a nuestro Dios (v. 17). María sería la escogida para dar las primeras noticias de su resurrección y ascensión.

Aplicación

Es interesante notar que mientras María se dirigió a Jesús con un lenguaje reverente (Señor y Maestro), Jesús se dirigió a sus discípulos con un lenguaje muy cercano, habló de ellos como sus hermanos (v. 17). Esta es una realidad gloriosa que a menudo olvidamos como creyentes. De hecho, cuanto más somos conscientes de nuestras flaquezas, debilidades y pecados, más difícil resulta creer que Jesús no solo nos considera sus hermanos, sino que además ¡no se avergüenza de llamarnos hermanos! (He. 2:11). En medio de nuestra debilidad, necesitamos recordar que nuestro hermano mayor, aquel que está a la diestra del Padre, vive perpetuamente para interceder por nosotros, aplicando y celebrando en cada momento el triunfo de su obra redentora a nuestro favor.

Reflexión: ‘¿Quién es el que condena? Cristo Jesús es el que murió, sí, más aún, el que resucitó, el que además está a la diestra de Dios, el que también intercede por nosotros’ (Ro. 8:34).

Por : Pablo Casal