La Bienaventuranza de los Santos
Por : Pedro Puigvert
Apocalipsis 20:4-6
Los hechos que narran los tres primeros versículos tienen como escenario la tierra. Los que vamos a considerar ahora nos transportan al cielo. El v. 6 que contiene la quinta bienaventuranza en este libro debemos verla en su contexto.
- Los santos reinan con Cristo mil años (vv. 4-5).
Los que se sientan en los tronos tienen, además, la facultad de juzgar. ¿A qué lugar se refiere? En este libro el término “trono” es usado en 47 ocasiones y todos ellos, a excepción de tres (2:13, 13:2, 16:10) está en el cielo. A esto debemos añadir que Juan ve las almas de los decapitados a causa del testimonio de Jesús, por tanto, la conclusión evidente es que el lugar de la visión es el cielo (cf. Ap. 6:9). El hecho de sentarse sobre tronos implica que el reinado incluye la autoridad de juzgar. No se especifica el tipo de juicio, salvo que de alguna manera participan en la actividad judicial de Cristo. Reinar y juzgar son dos verbos que están relacionados (Mt. 19:28), facultades que fueron conferidas a los apóstoles.
1.1. ¿Quiénes son los que se sientan en los tronos? (v.4). El texto también lo explicita: los mártires cristianos que no habían adorado a la bestia ni a su imagen y que no recibieron la marca en sus frentes ni en sus manos. Los que vivieron y reinaron, se distinguen de los otros muertos que no volvieron a vivir hasta el final de los mil años (5). Lo que Juan vio fue las almas de todos los mártires cristianos que habían muerto y que estaban en el cielo en el tiempo que llamamos el “estado intermedio”. Los otros muertos es una mención a los incrédulos muertos, los cuales no volvieron a vivir hasta una vez transcurridos los mil años.
1.2. ¿Cuál es el sentido de “primera resurrección”? (v.5). No se trata de la resurrección corporal porque esta es indicada en los vv. 11-13, como algo diferente de la que se menciona aquí, ya que se trata de la resurrección espiritual o nuevo nacimiento. Son los creyentes que han muerto físicamente que ahora viven en el cielo y que están disfrutando de la vida al lado del Señor en comunión con él. Esta explicación está refrendada por el resto del NT (Fil.1:23, 2ª Co. 5:8.
- La bienaventuranza de los santos (v.6)
El motivo de esta bienaventuranza es que los creyentes tienen parte en la primera resurrección y además la segunda muerte no tiene potestad sobre ellos, es decir, no recibirán el castigo eterno ya que este es para los incrédulos. La frase segunda muerte viene a apoyar la interpretación de que la primera resurrección no es una resurrección corporal. De ahí que durante todo el período de los mil años, los creyentes muertos físicamente que están vivos en el cielo, gozan de la bienaventuranza de poder adorar a Dios como sacerdotes y reinar con Cristo como reyes. En cuanto a los otros muertos, los incrédulos, serán condenados con la segunda muerte. Esta será el castigo eterno después de la resurrección del cuerpo. Consecuentemente, para los incrédulos habrá un cambio terrible una vez hayan pasado los mil años, pues serán lanzados al lago de fuego y azufre, que es el infierno (v.14). En cuanto a los creyentes podemos anticipar lo que vemos más adelante: después del regreso de Cristo y de la resurrección del cuerpo, estos creyentes que murieron y fueron resucitados podrán seguir adorando y sirviendo a Dios y reinar con Cristo de una manera plena y perfecta por toda la eternidad con cuerpos glorificados en la nueva tierra, que de acuerdo con el término kainos es la tierra actual renovada, ya que si se tratara de otra diferente usaría la palabra neos.
Conclusión. Lejos de ser un texto enigmático, este pasaje nos llena de esperanza por lo bienaventurados que somos al estar en Cristo, el gozo futuro y también por la misión que nos espera al lado de nuestro Salvador y Señor hasta la consumación de todas las cosas.