El pasado 19 de agosto se ha celebrado en Suiza, en La Bessonnaz, el 75 aniversario de la Fundación Le Grain de Blé, fundada por el empresario y filántropo evangélico Jean E. André. Ha sido una celebración preciosa; sus hijas, Anne-Christine y Evelyn han escenificado un diálogo para rememorar la labor de su padre haciendo un poco de historia: a raíz de unos viajes a Londres, Alemania y Argentina, en la década de 1930, Jean E. André y Pierre Pfister se sintieron llamados a formar jóvenes como monitores para enseñar la Palabra de Dios a los niños. Así, el primer campamento pudo tener lugar en el año 1937, en Suiza.

En 1947, Jean E. André estaba en Alemania y, viendo la desolación en la que se encontraba el país, decidió invitar a niños que habían sufrido las consecuencias de la guerra, algunos de ellos, huérfanos. Para recibir a niños de diferentes países Jean E. André compró Jura Rosaly (1947), la Bessonnaz (1952) y el castillo de Montchérand, castillo que actualmente ya no es propiedad de la Fundación. Con un sol radiante, esta celebración ha sido un acto muy emotivo; el reencuentro con muchas personas vinculadas, a lo largo de estos años, a los campamentos de niños de diferentes países en Suiza, ha hecho posible revivir muchas experiencias y muy bellas. Representantes de Le Grain de Blé de diversos países, como España, Argentina, Armenia, Ucrania, Francia, Rumanía, Siria, Hungría, Moldavia y Líbano han podido explicar su actividad en la Fundación y yo misma he tenido el privilegio de haber sido invitada para hablar de la labor de mi padre, Josep Perera i Garriga.

En 1952 empezaron los campamentos para los niños españoles; yo tenía 6 años cuando fui por primera vez y, con mis hermanos, tuvimos la gran oportunidad de disfrutar de estos campamentos en Suiza, que en esa época eran organizados por Rosa Puig. Tomó el relevo mi padre como director de Camps de Vacances, organizándolos durante varias décadas hasta 1998. Durante la dictadura franquista en España, a mi padre no le resultaba nada fácil organizar la salida de España, atravesar Francia y llegar a Suiza. Las minorías religiosas no gozaban de demasiada libertad. Los trenes españoles solo llegaban hasta la frontera. Pero fue posible, gracias a Dios y a la vocación de mi padre. Josep Perera fue el mediador y promotor de la Semilla de Trigo en Barcelona, que sería la continuación de los campamentos de Suiza.

En 1964 decidí incorporarme a Le Grain de Blé y fui a trabajar a La Bessonnaz; estuve allí dos años y seguí ayudando como monitora durante muchos años más, así como mis hermanos, Joaquim, Margarita, Eduard y Joan, sin olvidar el fiel apoyo que mi madre, Olivia Rodríguez, fue siempre para mi padre y para los campamentos.

Gracias al Señor por su generosidad y bendición. Gracias por la perseverancia de la familia André y sus colaboradores. Que el Señor bendiga el trabajo de esta misión.

Más información sobre Le Grain de Blé y la creación de La Semilla de Trigo en Barcelona en el libro Apuntes de mis memorias 1943-2015. Josep Perera i Garriga.

Semilla de Trigo en Barcelona (desde 1996) Director Javier Martín

Plaça de la Bòvila, 1 local 2. 08830 Sant Boi de Llobregat