Juan I y Juan II
Comentario expositivo y práctico de toda la Biblia
Autor : Matthew Henry.
Publicado por : Editorial Peregrino. Moral de Calatrava, 2021. 624pp. (Tomo I) y 610 pp. (Tomo II)
Reseña por : David Vergara
El comentario de Juan escrito por Matthew Henry, junto al de los Salmos, son para el que escribe desde hace años joyas maestras de referencia difíciles de igualar, más ahora que se publican por primera vez en castellano en versión íntegra y fiel de la obra original.
Para Henry lo más destacado no es tanto dónde se escribió este evangelio, sino que lo realizó el discípulo a quien Jesús amaba, testigo de sus tiempos de oración, transfiguración y agonía. Según la tradición, fue el único discípulo que murió de muerte natural, mientras que los demás fueron martirizados y todo apunta a que redactó el texto en Éfeso, a petición de los ancianos de las iglesias de Asia, a causa de la herejía de Cerinto y los ebionitas, quienes negaban la divinidad de Cristo. Esto lo corrobora Ireneo, amigo de Policarpo, quien conoció personalmente a Juan. Sin embargo, algunos lo ubican en Antioquía de Siria, donde se compuso un comentario por Teófilo en el segundo siglo. Por último, también se menciona Alejandría de Egipto porque el manuscrito más antiguo del evangelio se encontró en Egipto, donde no faltaron gnósticos a los que refutar.
Henry afirma que Juan escribió el evangelio antes de su destierro en Patmos, donde se dedicó a redactar Apocalipsis siendo el cierre del canon de la Escritura. En relación al resto de evangelios sinópticos, incluye escenas que estos omiten teniendo en cuenta que relatan el ministerio de Jesús sobre todo en Galilea, pero Juan casi totalmente en Judea. Además, se adentra de una forma mucho más profunda en la persona de Cristo, el Verbo, aquel por medio del cual fue creado todo, de quien en palabras del autor describe las cosas espirituales del evangelio: su vida y su alma para abrirnos una puerta al cielo.
En relación al propósito de este escrito, es evangelístico, como vemos en 20:30-31, escribir para “creer que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que tengáis vida en su nombre”. De esta manera, el verbo clave que se cita 98 veces en el evangelio es “creer”, contrastando con las 34 menciones en los sinópticos. Una prueba de ello, es el acercamiento de Jesús a los samaritanos que Henry destaca sabiendo que los judíos los consideraban animales inmundos, excluidos de la resurrección, a quienes excomulgaban y maldecían por el nombre sagrado de Dios, por la gloriosa escritura de las tablas, y por la maldición de la cámara alta y baja del juicio (p. 198).
Básicamente Juan consta de un prólogo donde se presenta al Verbo divino, después vemos el testimonio de Juan Bautista y los primeros discípulos y a partir del capítulo segundo aparecen sus milagros y discursos públicos, que adquieren un carácter de despedida a partir del capítulo 13, hasta llegar a la crucifixión y resurrección de Cristo, donde como dice Henry: “…les ofreció todas las certezas que pudieran desear de la verdad de su resurrección, para que no la tuvieran solo de oídas y de segunda mano, sino que fueran testigos oculares de que estaba vivo, porque tenían que dar testimonio de ello al mundo, y edificar la Iglesia sobre este testimonio” (p. 541).
Quien pueda adquirir este comentario, será una de las mejores inversiones en libros que habrá realizado. Del mismo modo, será un regalo ideal para entender mejor este evangelio y conocer a Dios.
Conversión y discipulado
No se puede dar una cosa sin la otra
Autor : Bill Hull.
Publicado por : Andamio Editorial, Barcelona, 2021. 356pp.
Reseña por : Alberto Arjona
Aunque sea poco elegante transcribir parte de la contraportada de un libro que se reseña, excepcionalmente vamos a comenzar por ahí: “En este nuevo y rompedor libro, el autor y pastor Bill Hull nos muestra cómo el llamamiento a seguir a Jesús no se trata de un añadido a la vida cristiana. La salvación es más que un billete de ida al cielo, es un proceso de discipulado a través del cual somos transformados conforme a Cristo. Bill Hull expone diferentes formas en las que podemos recuperar una comprensión sólida del evangelio y tomarnos en serio la conexión entre la conversión (responder al llamamiento de seguir a Jesús) y el discipulado (vivir como aquel a quien decimos seguir)”.
Aunque no hubiera en el libro citas o referencias a Bonhoeffer, el pastor luterano mártir que se opuso frontalmente a Hitler y al nazismo, aquellos que estén familiarizados con su pensamiento enseguida notarán su influencia en nuestro autor. Y, efectivamente, Bill Hull dirige actualmente el Bonhoeffer Project, una iniciativa encaminada a convertir a los líderes cristianos en hacedores de discípulos.
El libro no nos va a dejar indiferentes. ¿Se puede ser un creyente que no duda de su salvación por haber hecho una profesión de fe en Jesucristo y a la vez no ser su discípulo? De manera radical Bill Hull nos dice que eso es imposible, que para los discípulos de Jesús la buena noticia no era que pudieran decir una “frase mágica” y así ir al cielo cuando muriesen, sino que la buena noticia era que podían iniciar un aprendizaje con Jesús y comenzar a vivir la vida eterna desde ese momento.
Hull denuncia los falsos evangelios que se predican en el día de hoy: el solo de perdón, que tiende a equiparar la fe con una serie de verdades religiosas seguida de una oración; el liberal, muy comprometido con la justicia social pero vacío de esperanza; el de la prosperidad, que garantiza salud y riqueza si tenemos fe suficiente y ponemos en práctica varios principios bíblicos; el de a gusto del consumidor, o sea el de los mensajes fáciles y cómodos que invita al “creyente” a buscar la iglesia donde se predican tales sermones que siempre suponen un grato alivio; el religioso conservador, propio de la “derecha”, que enfatiza la sana doctrina, se adhiere a un código moral estricto y pretende tener la verdad exclusiva, el que enseña que lo que crees es mucho más importante que lo que hagas.
Pero, como es de esperar, Hull desarrolla a lo largo del libro las características del verdadero evangelio, el evangelio del Reino, un Reino que crece a través de invertir en un grupo minoritario, la buena tierra que da fruto; un evangelio que nos enseña a obedecer a Dios viviendo junto a quienes no creen ni siguen a nuestro Rey; un evangelio que nos enseña que el crecimiento es lento pero que al final lo abarcará todo; un evangelio en el que participamos arrepintiéndonos, recibiendo el perdón de nuestros pecados y siguiendo a Jesús, siendo así rescatados de las tinieblas y trasladados al Reino del Hijo amado.
Toca varios temas fundamentales como el llamamiento, la salvación, la obra del Espíritu Santo transformando a la gente como tú y como yo, la Iglesia y la figura del pastor, pero lo hace desde esta visión radical del discipulado, tal como escribiera Bonhoeffer en “El precio de la gracia”: El único hombre que tiene derecho a decir que ha sido justificado solo por gracia es el hombre que ha dejado todo para seguir a Cristo. Tal persona sabe que el llamamiento al discipulado es un regalo de gracia y que el llamamiento es inseparable de la gracia”. Y es muy importante notar cómo el libro supera aquellas teologías, sin hacer mención a las mismas, que diferencian el “evangelio de Jesús” del “evangelio de Pablo”. De manera muy natural vamos viendo la coherencia de todo el mensaje del Nuevo Testamento a lo largo de la obra. Atrás quedan las absurdas polémicas sobre si hemos de interpretar a Jesús desde Pablo o a Pablo desde Jesús.
No ha de extrañarnos entonces lo reacio que es el autor a las maneras modernas de evangelización porque para él el discipulado es la forma que toma la verdadera evangelización. En esto insiste el libro, y en definitiva este es su objetivo; para Hull evangelizar es hacer discípulos. Por eso incluye un capítulo muy práctico sobre las maneras y los medios que practicaba Jesús para discipular a los suyos: Venid y ved, una invitación a explorar; venid y seguidme, una invitación a aprender; venid a estar conmigo, una invitación a servir; permaneced en mí, una invitación a multiplicarse.
Por último, debemos mencionar el agradecimiento de Bill Hull a quien considera uno de sus maestros, el filósofo cristiano Dallas Willard, fallecido en 2013, autor de libros como “Renueva tu corazón: Sé como Cristo”, “La gran omisión” o “La conspiración divina”, libro en el que afirma que la parte occidental de la Iglesia actual vive en una burbuja de ilusión histórica sobre lo que significa el discipulado y el evangelio, y a quien Hull dedica esta obra.
En definitiva, como dijimos al principio, un libro rompedor, muy aconsejable, conveniente y por supuesto desafiante para los que desean aire fresco en su vida y en sus congregaciones; y a la vez muy molesto para los que teman que puedan tambalearse los cimientos de sus propias formas de ministrar y vivir el evangelio.
Asiria, Babilonia y Comentario Histórico-Doctrinal de Daniel
Autor : Juan Sánchez García.
Publicado por : 96 pp.
Reseña por : David Campanario
En este último año y medio nuestros planes se han visto trastocados de una forma que no podíamos imaginar, pero bien sabemos que hay hermanos que nos dan ejemplo de cómo aprovechar las circunstancias que nos toca vivir para honrar al Señor, y eso es lo que hizo el autor, Juan Sánchez, dedicando los primeros meses de la pandemia del coronavirus a poner por escrito el resultado de su estudio del profeta Daniel.
Nuestro hermano Juan ha dedicado su vida a la Palabra de Dios, pero sin duda que la escatología ha sido un tema favorito para él desde que se convirtiera al Señor en su tierra natal Salamanca en su juventud.
El libro comienza con una breve introducción histórica sobre los Imperios Asirio y Babilónico para después pasar a analizar el libro de Daniel versículo por versículo, dividiéndolo en dos partes fundamentales, los 6 primeros capítulos sobre la “Historia según Daniel” y los 6 últimos sobre las “Profecías según Daniel”.
Este libro nos recuerda que ante nosotros tenemos el ejemplo de un hombre de Dios como fue Daniel, a la vez que se nos presentan conceptos como “El Imperio Romano restaurado”, “La semana 70 de Daniel”, “La gran tribulación”, “La abominación desoladora” y muchos otros, siendo el autor una persona idónea para enseñarnos acerca de estos temas que se desarrollan en el Nuevo Testamento pero que la profecía de Daniel nos permite entender con más claridad.
Con esta lectura se nos muestra la importancia de la profecía bíblica; en primer lugar porque nos da confianza en la Palabra de Dios al describirse con gran detalle acontecimientos que sucederían en años posteriores a que fueran escritos por Daniel, pero que al ser pasado para nosotros hemos podido comprobar la exactitud de todo lo que él escribió; y en segundo lugar porque nos da la seguridad de que se cumplirá con igual precisión lo que también Daniel escribió pero que aún es futuro para nosotros.
En el libro se hace un estudio claro del texto, de tal manera que lo que resulta difícil de entender a simple vista, es analizado de forma sencilla y profunda a la vez, siendo útil tanto para realizar un estudio exhaustivo del libro completo como para poder acudir directamente al comentario de cualquiera de los capítulos o versículos que han sido fruto de más discusión.
Es un privilegio encontrar a un autor capaz de relacionar todos los textos repartidos a lo largo de la Escritura que tienen que ver con los acontecimientos futuros y este privilegio merece la pena aprovecharlo.
El aborto
Autores: Lizzie Ling y Vaughan Roberts
Publicado por: Andamio Editorial. Barcelona, 2021. 132 pp.
Reseña por : Orlando Enríquez
En el mundo, se producen 40 millones de abortos al año. En España y desde 1985, más de 2,5 millones de mujeres lo han hecho en clínicas y hospitales, algo que nos llena de una profunda tristeza, tanto por las vidas que se fueron como por lo difícil que ha sido para muchas de ellas tomar esa decisión.
Lizzie Ling, médica de familia en su día y Vaughan Roberts, pastor en Oxford, han elaborado un breve e interesante libro (126 páginas) que incluye, además, una guía para el debate por capítulos. Forma parte de una serie de materiales que invitan a orar y, con humildad, entender la cultura y discernir los tiempos, pensando de manera constructiva. Los autores reconocen que el trabajo no es más que una introducción, y a lo largo del libro recomiendan otras referencias para poder ampliar, algunas disponibles en español, ya que ellos escriben en el contexto británico. Señalan la falta de consenso moral tan propia de nuestras sociedades; una vez quitado el referente de Dios y el ser humano opta por la autogestión moral, se generan contradicciones, en este y en otros temas. Así, en un mismo hospital, en una sala se puede estar realizando un aborto voluntario y a unos pisos de distancia, encontramos a un sofisticado equipo de Neonatología luchando a brazo partido porque un prematuro de 24 semanas salga adelante. Los grupos proelección frente a los grupos provida. El aborto como libre decisión de “hacer lo que quiera con mi cuerpo”, o el planteamiento del embarazo como el acto más grande de hospitalidad llevado a cabo. El proceso al que se ha llegado actualmente en nuestra sociedad ha sido un cocinado lento, que ha llevado decenios, comenzando, como siempre, con el cambio en el lenguaje, ya que las palabras tienen poder. Con carácter pastoral, los autores animan a que en la propia iglesia se desarrollen espacios de diálogo al respecto, sin miedo a ser juzgados, ya que el aborto es una acción profunda y relevante. A la vez, afirman la terrible conclusión de que, en este tema, los derechos de la mujer se imponen a los del no nacido. Recuerdan cómo en la Biblia la dignidad del hombre es inherente, comenzando la vida en el momento mismo de la concepción. De manera esquemática pero sumamente útil, apuntan a lo complejo del tema y proponen líneas maestras prácticas, con mucha sensibilidad, cuando nos encontramos a mujeres en nuestro entorno cercano que dudan, optan por el aborto, o ya lo han llevado a cabo. Nos proponen confiar en Dios, recordar su gracia, ser realistas en la vivencia del “ya, pero todavía no” (que implica que seguiremos lidiando con situaciones muy difíciles en la vida) y participar en conversaciones al respecto para ser de este modo portadores de la verdad, aunque no siempre se nos acepte. Al final, unos breves apuntes de la realidad española y de los ministerios provida evangélicos. En definitiva, un excelente librito que nos puede servir como punto de partida ante el reto que este asunto conlleva.
Teología Sistemática
Un estudio profundo de la doctrina bíblica.
Autor: John MacArthur y Richard Mayhue
Publicado por: Editorial Portavoz, 1007 pp.
Reseña por : Heber Torres
Tras décadas de estudio diligente y enseñanza formal a sus espaldas, John MacArthur y Richard Mayhue firman una teología con la inestimable colaboración de otros profesores con dilatada experiencia y reconocido prestigio, entre los que sobresalen James Mook, Michael Vlach o el hebraísta William Barrick. A pesar de su carácter sistemático, se trata netamente de un texto de estudio bíblico. De hecho, ese es el verdadero título de la obra en inglés (Biblical Doctrine).
Sin tecnicismos recargados, aunque con el rigor que se espera de un manual de estas características, cada capítulo de esta teología supone una parada en los distintos valles y picos que conforman esa gran cordillera de doctrina que, inagotable e indómita, emerge de la Palabra de Dios. Partiendo de una exégesis rigurosa, los autores lidian con los distintos elementos desde la Escritura y a la luz de la Escritura, sin detenerse excesivamente en rebatir cada posicionamiento y noción alternativa, pero evaluando todos los pasajes relativos a un mismo asunto. Destaca la especial atención conferida a la sección de Bibliología (unas setenta páginas), en la que se establecen varios principios tan discutidos como indiscutibles si de lo que se trata es de darle prioridad a la Revelación frente a otras posibles fuentes de autoridad. Su vocación doxológica y devocional se hace patente con la incorporación de himnos y oraciones en cada capítulo, con los que se hace hincapié al lector de cuál ha de ser la meta de su estudio, que no es otro que dirigir su atención en reconocimiento y alabanza a la bendita persona de Dios. La sección dedicada a la eclesiología resulta eminentemente práctica y aplicativa. Y la argumentación tocante a los dones espirituales nos sumerge en una de las cuestiones más pertinentes en el contexto eclesial contemporáneo en ambos hemisferios.
Uno de los aspectos que hacen de este libro un material pertinente no es otro que lo concerniente a las llamadas últimas cosas. Partiendo de una posición premilenial, los autores analizan cuidadosamente elementos tan discutidos en la actualidad como la relación entre Israel y la Iglesia, el uso del Antiguo Testamento en el Nuevo Testamento o la naturaleza del regreso de Cristo, todo ello sin sobresaltos ni veleidades.
En un tiempo en el que circulan tantas opiniones sesgadas e interesadas (particularmente a través de redes sociales), el lector se encuentra ante la posibilidad de acercarse sin ambages ni remilgos a las conclusiones al estudio defendidas por MacArthur, Mayhue, y el resto de colaboradores que participan de la misma. Aun quienes no compartan todos y cada uno de sus posicionamientos serán animados a zambullirse en la Palabra de Dios una y otra vez. A pesar de sus más de mil páginas de extensión la sencillez y claridad con la que está escrita facilitan su lectura a todo el que quiera profundizar en algunos de los aspectos distintivos de la fe cristiana.
Personalmente agradezco la dedicación de los distintos autores al estudio del texto bíblico, así como su pasión por trasladar sus verdades con humildad y convicción. Recomiendo la lectura de esta obra a toda persona interesada en acercarse a la Escritura con el deseo sincero de que sea ella misma la que nos hable y dirija nuestros pasos.