Reseñas 295

Lucas

Autor : José de Segovia. Serie La Biblia y su Mensaje. Volumen 12
Publicado por : Unión Bíblica. Barcelona, 2020.
Reseña por : David Vergara

La primera vez que vi a José de Segovia fue durante los años ochenta en la emisora de radio de la Universidad Complutense de Madrid donde trabajaba Fernando Sánchez, un hermano que servía de vínculo a muchos estudiantes en aquella época. José terminaba Periodismo y pasaron años hasta que volví a coincidir con él en una asamblea de la Alianza Evangélica en Madrid. En esa ocasión, él tenía la ponencia y me hizo bien su manera de predicar el evangelio al hilo de su conocimiento de la cultura. Al terminar, pudimos hablar y enseguida me identificó por mis artículos en Edificación Cristiana. Pronto percibí que era un lector empedernido con un conocimiento muy extenso sobre la literatura evangélica y esa pasión que compartía con él, enlaza con lo que nos inculcaron nuestros padres, quienes también amaban los libros. Pasaron los años y José me pidió colaborar con la sección literaria de la revista Alétheia y en mi caso, le rogué que se sumara a la obra de la Unión Bíblica. Así nuestra amistad fue creciendo también con intercambios en las predicaciones donde un servidor acudía a su iglesia en el Barrio de San Pascual, mientras que José predicaba en ocasiones en la Asamblea de Hermanos en Alcorcón.


En relación a su comentario del evangelio de Lucas, es una experiencia más que hemos vivido en estos años por la gracia de Dios, quien planifica las cosas. Cuando comencé a predicar en el Barrio de San Pascual, José impartía una serie sobre este evangelio que después se publicaba en los boletines mensuales de su iglesia, y que sería la base para su comentario dentro del proyecto de la Unión Bíblica de abarcar toda la Biblia. El encargo sobre Lucas, se alargó durante años y al fin, pude leer el manuscrito original que recogía la transcripción de sus mensajes. Las recopilaciones de predicaciones que no surgen directamente de la pluma del escritor, plantean muchas dificultades porque no es lo mismo dar un sermón bosquejado previamente que plasmarlo por escrito con serenidad y cuidando la gramática, por lo que es un motivo de gratitud al Señor contar con este valioso comentario bíblico.
José de Segovia es pastor, teólogo, periodista y escritor. En mi caso, desde que le escuché en el VI Congreso Evangélico junto a José Grau, reconocí que ambos eran intelectuales con un amplio conocimiento de la cultura en general, que sirve para predicar un evangelio relevante siempre enfocado en la cruz de Cristo, con una aplicación de las Escrituras que capta la atención de los oyentes. En relación a José de Segovia, de lo apuntado anteriormente pueden dar testimonio quienes le siguen en Protestante Digital, sus oyentes radiofónicos, o los lectores de sus libros. Así, la obra que presentamos tiene la misma perspectiva, se combina el conocimiento bíblico y la exposición evangelística, algo que recuerda a los comentarios de J.C. Ryle sobre los evangelios.


En la introducción del libro se explica que Lucas es el libro más extenso del Nuevo Testamento y una tercera parte de su contenido no figura en los demás evangelios. Además, junto con el libro de los Hechos forman una tercera parte del Nuevo Testamento, por lo que la información que aporta el Dr. Lucas como historiador, más conocido como “el médico amado”, es una parte vital de la revelación bíblica. Lucas es original también en su presentación, recopilando su investigación para un hombre llamado Teófilo y a diferencia de los otros evangelios no comienza con genealogías fascinantes para los judíos, o con una exposición profunda del Logos que atraería a los gentiles, sino de forma clara y directa, mediante historias y cánticos que despiertan el interés en continuar con la narración. En cuanto a esto, todo en Lucas es intencionado y por eso es tan importante el propósito del libro que encontramos en Lc. 1:4, donde como explica el Dr. Gooding en Según Lucas y que el autor recoge, lo más importante no es cuidar el orden cronológico, sino que haya un orden de acontecimientos que da sentido a todo, que es Dios mismo por medio de la persona de Cristo. Ese orden va de Génesis a Apocalipsis y nos presenta al Señor Jesucristo como el Salvador de la humanidad por medio de la obra de la cruz. El texto se divide en dos partes, su venida hasta Lc. 9:51 y el viaje de partida de Jesucristo, quien vino y se marchó, por lo que debemos responder ante su persona. ¿Quién es Jesucristo para nosotros? ¿Aceptaremos la vida eterna en Cristo?


Este evangelio está lleno de testimonios y de respuestas para que “conozcas bien la verdad de las cosas en las cuales has sido instruido” (Lc. 1:4). Pero si nadie te ha hablado antes sobre Cristo, te encuentras ante un relato apasionante, la oportunidad que Dios te da de conocerle y vivir para él, y con toda seguridad las páginas de este libro te ayudarán a reconocer tu necesidad como pecador para encontrar el perdón de Dios. Tal y como expresa David en el Salmo 51, Dios no rechaza el corazón contrito y humillado que se arrepiente de sus pecados.


Este comentario sobre Lucas no dejará indiferente a aquel que quiere encontrarse con Dios y a aquellos que desean conocer el significado de este evangelio porque el libro de José de Segovia nos lleva a la esencia del mismo, descubriendo la gloria de Jesucristo, quien vino a buscar y salvar lo que se había perdido. Esperamos que su lectura sea de gran bendición para todos los lectores.

Mateo I y II

Comentario expositivo y práctico de toda la Biblia

Autor : Matthew Henry
Publicado por : Editorial Peregrino. Moral de Calatrava (Ciudad Real), 2020.
Reseña por : David Vergara

Matthew Henry escribió su comentario expositivo y práctico de toda la Biblia hasta el libro de los Hechos, y su obra monumental fue completada desde Romanos a Apocalipsis por trece ministros independientes que utilizaron las notas que habían tomado los oyentes de sus mensajes como referencia. La editorial Peregrino lleva mucho tiempo realizando un esfuerzo considerable para que se pueda contar en castellano por primera vez con su obra sin añadir ni quitar nada a sus escritos originales, cosa que no ocurrió con los intentos anteriores por parte de otras editoriales. Nadie duda de la capacidad y talla espiritual de los que emplearon su comentario para intentar actualizarlo, pero lo cierto es que los lectores agradecen saber qué es lo que realmente escribió el autor y no tanto una versión resumida, o una interpretación del mismo.


Tras la traducción de Génesis y los profetas menores y mayores, se publica el evangelio de Mateo en dos volúmenes. Es interesante releer los textos de este autor puritano tras conocer las versiones anteriores. En concreto, en mi caso el volumen resumido de toda la Biblia que lanzó otra editorial me pareció del todo decepcionante porque desmereció completamente esta obra. Por otro lado, conservo la edición que completó en su momento Francisco Lacueva donde las diferencias son notables. De hecho, al leer Mateo el pensamiento de Henry difiere de lo que se tradujo anteriormente en castellano que fue una reconversión. Respetando y admirando en muchos aspectos al Dr. Lacueva al que escuché en ocasiones y del que tengo sus libros, es como si cogiésemos las obras de los reformadores del siglo XVI y las transformásemos según nuestra formación bíblica. Por todo esto, creo que ahora contamos con la oportunidad de descubrir realmente a Mattew Henry, aunque no lo creamos, y nos llevaremos muchas sorpresas porque a pesar de lo voluminoso de sus escritos, su estilo es realmente claro, ameno y profundo a la vez. En su aspecto devocional, siendo un comentario exegético, es casi incomparable con las obras de otros comentaristas porque está llena de aplicaciones con referencias a toda la Biblia, dado que el texto bíblico era muy conocido por un escritor que con nueve años podía escribir latín y leer parte del Nuevo Testamento griego.


En este caso, me ha llamado especialmente la atención su acercamiento al Sermón del Monte y el Sermón profético con lo que habíamos leído en la “versión de los 90” de Lacueva, y no son coincidentes en todo, es más, encontraremos muchísimas diferencias. Sé que cada maestrillo tiene su librillo o su lupa de la escuela escatológica con la que filtramos los textos, pero honestamente, en el caso de Henry, no encontraremos el aluvión de referencias a otras obras que utilizan los autores actuales según su tendencia. El autor parece libre de la lluvia de otras influencias, interpretando cada versículo con el resto de la Palabra de Dios en su mente que cita a cada paso y en esto, podremos coincidir más o menos con su enfoque, pero hay que reconocer que es difícil encontrar esta forma tan limpia de reflexionar y escribir en la actualidad. Como botón de muestra de lo que supuso la “versión de los 90”, teniendo en cuenta que Henry nació en 1662, en el comentario de Mt. 24:9-12, las frases comienzan así: “Aflicción “tiempo de angustia para Jacob” (Jer. 30:7), muerte, odio universal, antisemitismo radical y universal (Dan. 7:25; 9:27), que ya se acentúa notoriamente (la O.N.U. en bloque contra Israel). Si lo aplicamos al cristianismo, el ataque no es tan violento en nuestro tiempo, pero es más sutil, no sólo de parte de la seudo-ciencia, sino del liberalismo y de la mundanalidad de tantas iglesias que profesan ser -cristianas- cuando agoniza la verdadera fe y el auténtico amor brilla en su ausencia”. No creo que Henry supiese qué era la O.N.U, por lo demás, el texto original dice: “Se predice la cruz misma. Adviértase: de todos los acontecimientos futuros, hemos de estar más interesados -aunque normalmente tan poco deseosos -en conocer nuestros propios sufrimientos que cualquier otra cosa. Entonces (v.9), cuando las hambres y las pestes prevalezcan, entonces las imputarán a los cristianos, y las harán un pretexto para perseguirlos: Christianos ad leones (Fuera con los cristianos a los leones)”.


Escribo esto porque hay un grupo ingente de personas que tanto en la traducción como en la impresión de esta obra, están realizando un esfuerzo considerable por disponer de estos comentarios en su versión original, que por la fecha de la traducción, tal vez podamos denominar “versión del siglo XXI” como ocurría con las revisiones de la Reina Valera. Sólo que esta vez no es una adaptación con citas de autores próximos a nosotros y el contenido merece la pena en todo tal y como reconoce Spurgeon: “Es de lo más piadoso y expresivo, sano y sensato, sugerente y sobrio, escueto y fiable. Lo encontrarás irradiando metáforas, rico en analogías, desbordante de ejemplos, sobreabundante en reflexiones. Se deleita en las yuxtaposiciones y las aliteraciones; es generalmente sencillo, interesante y enjundioso; entiende los textos directamente; aparentemente no es crítico, pero discretamente ofrece el resultado de un conocimiento exacto y crítico a la altura de los mejores críticos de su tiempo”. Esto es lo que intentamos decir, aunque evidentemente como no podía ser de otra manera, Spurgeon lo resume mejor. Sólo añadir que el lector descubrirá un comentario de Mateo excepcional, donde sólo con leer como antes mencionaba el Sermón del Monte, bastará para ver que ha merecido la pena con creces adquirir este comentario escrito para la gloria de Dios, o citando al propio Henry en la “versión del Siglo XXI”, en Mt. 5:16: “Adviértase: la gloria de Dios es el gran objetivo que debemos buscar en todo lo que hagamos en el terreno religioso (cf. 1 P 4:11). En este centro deben unirse todas las líneas de nuestras actuaciones. Debemos no solo esforzarnos por glorificar a Dios, sino por hacer todo lo que podamos llevar a otros a glorificarlo”.

Guerra de Palabras

Tratando el corazón de tus problemas con la comunicación.

Autor : Paul David Tripp.
Publicado por : Editorial Peregrino. Moral de Calatrava (Ciudad Real), 2020.
Reseña por : David Vergara

Paul D. Tripp ha escrito este libro fruto de su desesperación, expresión muy poco habitual y motivadora para promocionar un libro. Sin embargo, su sinceridad y humildad al decirlo, con la forma de desarrollarlo en sus páginas, termina por conquistar al lector. Como él mismo explica, desde niño ha tenido una gran facilidad para comunicarse, pero como ocurre con los puntos fuertes de cada uno, pueden convertirse en nuestra mayor debilidad. Es por esta razón que desde la experiencia y su conocimiento bíblico, quiere traer esperanza sobre la lucha que mantenemos para comunicarnos de forma apropiada y amorosa estableciendo cuatro principios fundamentales: Dios tiene un plan adecuado para nuestras palabras, el pecado ha alterado nuestros propósitos trayendo confusión y caos, en Jesucristo hay gracia para hablar como Dios quiere y la Biblia traza el camino para llegar hasta el lugar escogido por Dios.


Como vemos desde el principio, “las palabras son poderosas, importantes y significativas” (pág. 15), en la creación y en la caída, porque siendo Dios la Palabra encarnada por medio de Jesucristo, ha dado valor a las palabras. Aunque hay muchos libros de autoayuda en estas cuestiones, la realidad es que la lucha con las palabras es algo más profundo porque tiene su origen en nuestro corazón trastocado desde Edén, donde los humanos escucharon las primeras palabras de parte de Dios, no de otro ser humano, hasta que esa comunicación se distorsionó por el pecado. Dios se revela a si mismo por medio de palabras como decía un pastor desde mi juventud, por eso nos ha dejado su Palabra en blanco y negro, siendo la referencia que debe escuchar cada generación como leemos en la introducción del evangelio de Juan y de la carta a los Hebreos. Sin embargo, alguien más habló en el jardín de Edén, y no fue otro que Satanás, el sembrador de palabras engañosas, caos y confusión que quiere alejarnos de las palabras que Dios ha dicho. “¡No es cierto, no van a morir!” (Gn. 3:4), fue la distorsión del mensaje y el principio de los problemas de la comunicación entre los hombres y también en la relación con su creador, por eso, muchos problemas se resuelven pensando en la forma de responder que caracteriza a Jesús, eso es lo que aprendimos de aquella novela escrita hace años titulada: “En sus pasos, ¿qué haría Jesús?”.


En Edén llegaron la mentira, acusaciones, silencios indebidos, la idolatría por causa de nuestro orgullo que nos coloca por encima de los demás y de Dios, que brotaron de un corazón entenebrecido por el pecado. El conflicto se daría inmediatamente como vemos en la relación de Caín y Abel, y desde entonces, todo ha seguido repitiéndose. Es entonces que deberíamos entender y aceptar la soberanía de Dios en nuestras vidas sometiéndonos a su voluntad para vivir y hablar como Dios quiere sin quejarnos de Dios o de su plan para nosotros.


Tripp desarrolla su libro basándose en tres secciones, la primera explica el valor de las palabras, la segunda nos sugiere una nueva agenda para nuestra conversación y la tercera nos adentra en la forma de ganar la guerra de la comunicación. Entender esto, servirá para que la comunicación sirva de bendición cuando lo hacemos conforme a la manera de Dios, con palabras de gracia y de verdad. En relación a esto, es de gran utilidad la forma en la que describe el conflicto y la forma de superarlo. Por todo lo cual, recomendamos encarecidamente este libro tan útil y práctico para las relaciones personales y sobre todo, en nuestra intimidad con Dios para saber hablar como conviene contando con la ayuda del Espíritu (Ro. 8:26).

Levítico a Deuteronomio

Autores : Timoteo Glasscock y Pedro Puigvert. Serie La Biblia y su Mensaje. Volumen 2.
Publicado por : Unión Bíblica. Barcelona, 2020. 167 pp.
Reseña por : David Vergara

La Unión Bíblica nos presenta este nuevo comentario de la serie “La Biblia y su Mensaje” que supone uno de los últimos trabajos que casi completan el comentario bíblico a toda la Biblia. En esta ocasión Timoteo Glasscock se encarga de Levítico y Números, mientras que Pedro Puigvert, lo hace de Deuteronomio. Timoteo, obrero a pleno tiempo de las Asambleas de Hermanos desde 1972, es un enseñador muy reconocido en España, vinculado actualmente a IBSTE y al Proyecto Éfeso, que ha servido en varias iglesias de nuestra geografía y que tiene una experiencia y conocimiento bíblico que con los años sigue mejorando, donde se le reconoce autoridad en su enseñanza allá donde va. En el caso de Pedro Puigvert, hermano siempre vinculado a la obra de la Unión Bíblica y las Asambleas de Hermanos, sirviendo como anciano en la asamblea de Avenida Mistral, 85-87, de Barcelona, es escritor, teólogo y maestro en el CEEB y alguien muy querido y respetado también por su conocimiento de las Escrituras.


En el libro de Levítico, Dios transmite leyes estando en el monte Sinaí, desde el tabernáculo de reunión, que servía como morada simbólica de Dios en medio de su pueblo, y que contaba con un cuerpo de sacerdotes debidamente instruidos y consagrados. De ahí que uno de los nombres para este libro fuera “La Ley de los Sacerdotes”, si bien las normas eran para todo el pueblo. Levítico está lleno de ilustraciones para entender la revelación de Dios sobre la redención y santificación. Este libro contiene múltiples referencias proféticas sobre Cristo y hay muchas aplicaciones a Israel que hoy se pueden dirigir a la Iglesia. El pueblo había fracasado en su cumplimiento de la ley y los sacrificios apuntan a la solución en Cristo, siendo el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo (Jn. 1:29). Las ofrendas del pueblo buscaban el perdón de Dios por medio de los sacrificios, y todo apunta al sacrificio perfecto de Cristo. Levítico contiene además diversa legislación para la convivencia, pureza sexual, crímenes y su castigo, las fiestas de primavera y otoño, la importancia del año de jubileo y las distintas bendiciones cuando el pueblo obedecía y la forma de restauración cuando pecaba.


El libro de Números debe su nombre a distintos censos según recoge la traducción griega conocida como Septuaginta o LXX. Este libro contiene una historia de 38 años tras salir Israel de Egipto, donde tras levantarse el tabernáculo se realiza un censo. El elevado número de personas implica que de forma sobrenatural, Dios estaba con ellos para seguir su viaje aunque la nación fue incrédula. En Números se detallan los preparativos para la salida de Israel, el viaje desde Sinaí a Moab y todo lo acaecido allí, siendo algunas de las situaciones más relevantes, la misión de los doce espías, la rebelión de Coré, Datán y Abiram, los sucesos con Balaam y Balac, la apostasía en Baal-Peor o las guerras con Madián.
Deuteronomio en griego significa “segunda ley”, porque repite leyes de los tres libros anteriores del Pentateuco, pero además explica las mismas a una generación que requería instrucción al haber nacido en el desierto. El pueblo necesitaba una confirmación del pacto concertado entre Dios e Israel anteriormente. Es decir, una solemne renovación de compromiso entre Dios y su pueblo para continuar con los planes de su Dios, siendo conscientes de lo que esto suponía. Para entender esto, el libro contiene tres discursos, el primero narrando los hechos de Yahweh, el segundo su ley, y el tercero su pacto, para concluir a forma de epílogo con el cántico de Moisés, su bendición al pueblo y su muerte. Teológicamente, se muestra que Dios es un ser espiritual, no como los dioses de Egipto que normalmente eran representados por animales, y su Palabra desciende del cielo. Además, Dios es moral y por eso prescribe leyes morales que servirán para saber cómo vivir en la tierra donde les dará reposo. Por otro lado, Dios es único, lo cual nos habla de su unicidad o unidad frente al politeísmo de otros pueblos, y así Israel tomará el Shema (oye), al orar. No sólo esto, Dios es Creador, libertador, amor, misericordioso y santo. Todas estas verdades se contienen en Deuteronomio y se desarrollan en el resto de las Escrituras por lo que Deuteronomio es un fundamento para entenderlo.


Sólo podemos dar gracias a la Unión Bíblica por el esfuerzo que siguen haciendo año tras año, aportando buenos comentarios bíblicos en el proyecto casi finalizado de completar una exégesis de toda la Biblia.

El Mensaje de la Trinidad

Autor : Brian Edgar
Publicado por : Editorial Andamio.
Reseña por : Daniel Benítez

¿Qué importancia tiene creer en la Trinidad?
En palabras del autor de El Mensaje de la Trinidad: “…la cuestión central de este libro es simplemente… ¿cuán esencial es la doctrina de la Trinidad?
Esta pregunta es formulada por el autor en varios momentos de su obra y es contestada magistralmente a lo largo de todo el texto acumulando argumentos para convencernos del papel esencial y del lugar central que tiene la Trinidad en nuestra fe. En sus propias palabras: “La doctrina de la Trinidad no es una pieza de teología abstracta, es el fundamento de todo lo que es verdaderamente cristiano y es esencial para la fe y la vida cristianas”.


Resaltemos algunos puntos de valor del contenido de El Mensaje de la Trinidad.
El primero tiene que ve con el mismo planteamiento del autor. Este libro no es en sí un estudio encaminado a aportar datos que demuestren la “veracidad” de la Trinidad. Está más bien encaminado a acercarnos al mensaje que esa doctrina nos lanza: “Se puede conocer íntima y personalmente a Dios…la Trinidad no es ni un añadido ni un extra: es el Evangelio”.
En segundo lugar, cada capítulo es prácticamente un estudio inductivo de pasajes claves que poseen un claro contenido trinitario. Ya de entrada esto da al libro, aparte de un gran atractivo que los estudiosos de las Escrituras agradecerán, un fundamento bíblico muy necesario. Esto hará que la lectura de este libro no defraudará a ningún amante de las Escrituras que quiera ir en contra de tanta corriente “negacionista” de la realidad de la “Tri-Unidad” como gustaba decir al teólogo Francisco Lacueva.


Algunos de estos pasajes estudiados no serían relacionados a priori con la Trinidad por no ser tan “explícitos” como otros. Pero el autor nos demuestra que la Trinidad es una realidad presente a lo largo de toda el NT por no decir de todas las Escrituras.


En tercer lugar, los pasajes estudiados nos permiten seguir un rastro que deja bien a las claras la evidencia de la realidad trinitaria ya desde el Antiguo Testamento al relacionar a cada persona de la Trinidad con el Señor del “Shemá” de Deuteronomio 6, con la Sabiduría de Proverbios 9 y el Espíritu de Ezequiel 37. Los pasajes del Nuevo Testamento son más directos y destacan el papel fundamental del Padre, Hijo y Espíritu Santo en momentos de la vida de Jesús tan importantes como la encarnación, el bautismo, la misión, o la resurrección de Cristo. Asimismo, el lugar e intervención de cada persona trinitaria es vital en la enseñanza y la vida de la Iglesia como vemos en la tercera parte de este libro.
En esta tercera parte entramos en los capítulos de mayor trascendencia y profundidad para la vida espiritual de la Iglesia y del cristiano porque el autor


explora las consecuencias e implicaciones prácticas de la Trinidad en nuestras vidas. Y lo hace de forma magistral: basándose en la realidad trinitaria llega a aspectos muy prácticos de la vida y experiencia tanto del cristiano como de la comunidad espiritual a la que pertenece.
En cada parte comprobamos que las implicaciones que surgen de la realidad de la Trinidad en relación a la Obra de Dios y al Evangelio nos hacen meditar de manera apasionada en cada una de estas gloriosas facetas: El Padre amando, planeando, eligiendo; el Hijo “actuando”, sirviendo; y el Espíritu Santo haciendo realidad, aplicando e iluminando esas verdades y llevándonos al Padrea través de Cristo.


El cuarto punto de valor tiene que ver con las preciosas lecciones espirituales que el autor va extrayendo a lo largo del texto. Si el reflexionar en la Trinidad ya es enriquecedor per sé, mucho más cuando a eso se suma que el texto esté jalonado de lecciones prácticas tan pertinentes y relevantes como las que ofrece el autor y que enriquecen la lectura y hacen arder nuestros corazones.
El lector no esperaría encontrar en medio de un libro sobre la Trinidad (en algunos puntos bastante denso de contenido) tantas aplicaciones prácticas y de tanto calado espiritual.
Esto hace que, aun siendo un libro de teología bíblica, más que sistemática, el autor pueda mantener la frescura, la belleza, la riqueza del componente devocional y vivencial. Esto podemos comprobarlo, por ejemplo, en los retos que nos lanza al estudiar el papel de la plenitud del Espíritu Santo en la Iglesia del Señor.
Después de reseñar algo en cuanto al contenido, vayamos un momento al “formato”.
Salvo algunos “tramos” más densos de contenido y de más dificultad de comprensión, el autor emplea un lenguaje sencillo, huyendo de tecnicismos “teológicos” o planteamientos complejos. Cualquier lector ya sea que tenga una base teológica fuerte o no, puede acercarse a este texto con la seguridad que sacará un provecho muy edificante de su lectura.
Esto no quiere decir tampoco que el autor eluda en ciertos momentos concretos debates más complejos y a veces difíciles de seguir para la mayoría de los “estudiosos sencillos” de las Escrituras. Pero sus conclusiones lejos de ser complejas son claras (podemos ver un ejemplo de esto en la pág. 244).

CONCLUSIÓN
Después de un estudio tan detallado como magistral no podríamos llegar a una conclusión distinta a la que llega Brian Edgar. La Trinidad no es sólo una construcción filosófica o mera lógica: “…el concepto de la Trinidad se convierte en el fundamento y en la estructura de todo pensamiento cristiano. “La Trinidad” no es tanto un concepto sino un nombre de Dios: la Bendita Trinidad”.
Y, además, “un entendimiento correcto de las personas y las relaciones de la Trinidad enriquece la adoración, vida espiritual y discipulado de la Iglesia”.


Pero hay más… En la época en la que vivimos se nos hace muy necesario saber y experimentar cómo la Trinidad puede afectar no sólo nuestras vidas espirituales y nuestra realidad eclesial, sino también nuestra visión del mundo, la estructura de la sociedad y las relaciones esenciales de la humanidad.
Por ello, y porque compartimos el deseo del autor de que… “la doctrina de la Trinidad se convierta en una fuerza poderosa para un cambio positivo” en el cristiano, en la Iglesia y en la sociedad, animamos a todos a la lectura de este magnífico libro.

El profeta pródigo.

Jonás Y El Misterio de la Misericordia de Dios

Autores : Timothy Keller
Publicado por : Andamio, 2020. 228 pp.
Reseña por : Roberto González Acevedo

¡Jonás, el profeta pródigo! ¿Por qué? Para algunos puede que nos resulte un descubrimiento sorprendente, comprobar como nuestro autor asimila, con magnífico acierto, el relato protagonizado por Jonás, con la parábola pronunciada, siglos después por el “Más que Jonás” de Lucas 12:44.

Timothy Keller nos proporciona un análisis minucioso de los personajes y caracteres que conforman el libro profético, comparándolos con los que aparecen en la parábola del hijo pródigo, hasta componer un “puzle”, tan bien acabado como aleccionador.

Un punto de partida como éste, se convierte de inmediato en una invitación, casi imposible de rechazar, para adentrarse en la lectura detenida y con meditación del resto del libro. Dando paso al encuentro con una riqueza muy amplia de comentarios y exposiciones, con temas tan abundantes como llenos de interés por las enseñanzas y ejemplos prácticos que nos pueden aportar. Como una parábola, en definitiva.

Interesa, de un modo especial, detenerse a notar las consideraciones del autor sobre la personalidad y las reacciones de los distintos personajes, con sus orígenes geográficos y sus trasfondos étnicos, incluyendo a Jonás y al mismo rey de Nínive. De todos ellos conviene tomar buena nota y aprender Con el recuerdo en la mente del enunciado que puede considerarse el subtítulo del libro: “Jonás y el misterio de la misericordia de Dios”.

Mis huidas tú has contado”; oraba David en unos momentos de gran inquietud, dificultad, sufrimiento y opresión (Salmo 56:8). El hermano Keller deja constancia de cómo Dios ejerce Su control sobre todas las huidas; las de Jonás, por supuesto, y de las nuestras ¡que también se dan muchas veces!

En EL PROFETA PRÓDIGO hay enseñanzas tan aprovechables, que se pueden muy bien utilizar en los análisis de nuestra propia personalidad. Asimismo, podemos aprender acerca de nuestras relaciones con los demás; sobre el amor y la – tantas veces misteriosa – misericordia de Dios. Así como sobre la justicia y el juicio de Dios: conceptos tan presentes en la Escritura, como demasiadas veces ausentes de las actuales predicaciones del Evangelio.

En la última edición (2009) de la Biblia de la Escuela Bíblica de Jerusalén, Hebreos 12:28, se lee en los términos que siguen: “Por eso nosotros, que recibimos un reino inconmovible, hemos de mantener la gracia…” Subrayamos “mantener la gracia”, porque el capítulo 12, último del libro que reseñamos, lleva precisamente el título de “Nuestra relación con la gracia de Dios”. Una gracia a la cual, por lo que a Dios respecta, nada hay que añadir, ni mucho menos quitar; una gracia divina y maravillosa, según la cantamos en nuestros himnos. Sin embargo, por parte nuestra, sí que es necesario dedicarnos, con intensidad y gran deseo, a un mantenimiento mucho más importante y consistente que el que necesitan nuestras casas y los locales en los cuales habitamos, trabajamos y nos reunimos.

EL PROFETA PRÓDIGO – Jonás y el misterio de la misericordia de Dios: Un libro no muy extenso; intenso sí. Que se lee con facilidad, debido a la buena traducción que lo acompaña. Un regalo del hermano Timothy Keller, que recibimos a través de Andamio. Un libro muy aconsejable, mucho más que un comentario de Jonás, cuya lectura nos será de gran estímulo y ayuda espiritual. Más que nunca en los tan complicados días por los que, “vamos pasando”, como expresaba un hermano muy mayor, en su oración en la reunión semanal de la iglesia de Trafalgar, hace ya más de cuarenta años.